Ambas acciones forman parte de una campaña legal contra varios de los mayores bancos privados, por haber sido cómplices de Calisto Tanzi y su banda en un vaciamiento por € 14.300 millones. La demanda contra el primer banco germano se radicó este martes y se prevé para el viernes la que afecta a UBS. Hace dos semanas, ya se había presentado en Estados Unida una contra Citigroup, el conglomerado financiero más grande del mundo.
En el caso DB, Bondi trata de recobrar € 17 millones en bonos cuya emisión timoneó la entidad en septiembre de 2003, cuando ya se conocía la grave situación de Parmalat. Respecto de los suizos, la suma involucra € 290 millones. El grupo se vino abajo en diciembre y constituye el máximo fraude empresario en la historia europea.
Ambas querellas se apoyan en una cláusula de la ley italiana de bancarrotas. Permite que una compañía anule acuerdos con bancos subscriptos durante los dos años inmediatamente anteriores a la apertura del concurso. El interventor usará un argumento de los propios fiscales, esgrimido ya contra Citigroup: DB y UBS empeoraron la delicada situación de la firma, al emitir deuda nueva que sólo agravaba la insolvencia societaria.
El monto reclamado a UBS corresponde a un pago hecho por Parmalat en diciembre, cuando ya había entrado en insolvencia. Esos fondos se relacionaban con la gestión –en 2003, también- de dos emisiones de bonos, por un total de € 420 millones.
Ambas acciones forman parte de una campaña legal contra varios de los mayores bancos privados, por haber sido cómplices de Calisto Tanzi y su banda en un vaciamiento por € 14.300 millones. La demanda contra el primer banco germano se radicó este martes y se prevé para el viernes la que afecta a UBS. Hace dos semanas, ya se había presentado en Estados Unida una contra Citigroup, el conglomerado financiero más grande del mundo.
En el caso DB, Bondi trata de recobrar € 17 millones en bonos cuya emisión timoneó la entidad en septiembre de 2003, cuando ya se conocía la grave situación de Parmalat. Respecto de los suizos, la suma involucra € 290 millones. El grupo se vino abajo en diciembre y constituye el máximo fraude empresario en la historia europea.
Ambas querellas se apoyan en una cláusula de la ley italiana de bancarrotas. Permite que una compañía anule acuerdos con bancos subscriptos durante los dos años inmediatamente anteriores a la apertura del concurso. El interventor usará un argumento de los propios fiscales, esgrimido ya contra Citigroup: DB y UBS empeoraron la delicada situación de la firma, al emitir deuda nueva que sólo agravaba la insolvencia societaria.
El monto reclamado a UBS corresponde a un pago hecho por Parmalat en diciembre, cuando ya había entrado en insolvencia. Esos fondos se relacionaban con la gestión –en 2003, también- de dos emisiones de bonos, por un total de € 420 millones.