Parmalat señaló ayer que reembolsará € 150 millones
en obligaciones negociables que vencen hasta el lunes 15. Entretanto, Enrico Bondi
asumirá como consultor para el programa pro reestructuración de
pasivos. Esto sucede a la renuncia a Luciano Soldato, tercer director financiero
en este año.
A su vez, el grupo controlado por la familia Tanzi queda en manos de un consejo
administrador especial. Pero las cosas se complican: don Calisto ahora debe
explicar por qué Fausto Tonna, su mano derecha, creó una financiera
en Luxemburgo y transfirió ahí los € 497 millones q ue faltan
del el fondo Epicurum, Caimán.
Mientras tanto, analistas en Milán, Zürich y Londres temen que
el verdadero problema sea la deuda. Si Moody´s Investors Service acompaña
a S&P y rebaja a chatarra los papeles de la firma, es factible que los bancos
le retaceen apoyo. Por de pronto, se sabe que Parmalat dispone de efectivo para
cubrir apenas una fracción de los vencimientos posteriores al lunes.
En teoría, hace un mes la caja sumaba € 4.200 millones. Pero sólo
estaban disponibles 500 millones. Si, ahora, los bancos dejan de apoyarla, la
compañía irá a una crisis de efectivo (o sea, de solvencia).
Ello contrasta con ventas globales por € 7.000 millones durante todo 2003
y subraya la escasa transparencia contable. En Latinoamérica, donde Parmalat
opera varias plantas, las ventas se estiman en unos € 1.200 millones; es
decir, 17% del total en el mundo.
La situación de los bancos tampoco es fácil. Sus acciones empiezan
a ceder en varias bolsas, debido al riesgo que les implica la compañía.
Por supuesto, la entidad más expuesta es Mediobanca, de donde proviene
Bondi. A éste lo preocupa la propia estructura económica del grupo:
amén de 129 fábricas con 36.000 empleados y 116 subsidiarias en
47 países, ha hecho treinta emisiones de fondos. Aparte, controla veinte
fondos y financieras.. pero jamás ha explicado a qué se dedican.
En suma, como suele ocurrir con empresas familiares de grandes dimensiones,
se forman laberintos capaz de volatilizar millones de euros. Pero, si los bancos
se hacen cargo, deberán excluir a los Tanzi y poner en venta los activos
para cubrir una deuda total de € 8.800 millones.
Parmalat señaló ayer que reembolsará € 150 millones
en obligaciones negociables que vencen hasta el lunes 15. Entretanto, Enrico Bondi
asumirá como consultor para el programa pro reestructuración de
pasivos. Esto sucede a la renuncia a Luciano Soldato, tercer director financiero
en este año.
A su vez, el grupo controlado por la familia Tanzi queda en manos de un consejo
administrador especial. Pero las cosas se complican: don Calisto ahora debe
explicar por qué Fausto Tonna, su mano derecha, creó una financiera
en Luxemburgo y transfirió ahí los € 497 millones q ue faltan
del el fondo Epicurum, Caimán.
Mientras tanto, analistas en Milán, Zürich y Londres temen que
el verdadero problema sea la deuda. Si Moody´s Investors Service acompaña
a S&P y rebaja a chatarra los papeles de la firma, es factible que los bancos
le retaceen apoyo. Por de pronto, se sabe que Parmalat dispone de efectivo para
cubrir apenas una fracción de los vencimientos posteriores al lunes.
En teoría, hace un mes la caja sumaba € 4.200 millones. Pero sólo
estaban disponibles 500 millones. Si, ahora, los bancos dejan de apoyarla, la
compañía irá a una crisis de efectivo (o sea, de solvencia).
Ello contrasta con ventas globales por € 7.000 millones durante todo 2003
y subraya la escasa transparencia contable. En Latinoamérica, donde Parmalat
opera varias plantas, las ventas se estiman en unos € 1.200 millones; es
decir, 17% del total en el mundo.
La situación de los bancos tampoco es fácil. Sus acciones empiezan
a ceder en varias bolsas, debido al riesgo que les implica la compañía.
Por supuesto, la entidad más expuesta es Mediobanca, de donde proviene
Bondi. A éste lo preocupa la propia estructura económica del grupo:
amén de 129 fábricas con 36.000 empleados y 116 subsidiarias en
47 países, ha hecho treinta emisiones de fondos. Aparte, controla veinte
fondos y financieras.. pero jamás ha explicado a qué se dedican.
En suma, como suele ocurrir con empresas familiares de grandes dimensiones,
se forman laberintos capaz de volatilizar millones de euros. Pero, si los bancos
se hacen cargo, deberán excluir a los Tanzi y poner en venta los activos
para cubrir una deuda total de € 8.800 millones.