Se han cumplido 20 años desde la caída del Istituto per Opere
Religiose y el Banco Ambrosiano, más los asesinatos de Roberto
Calvi y Michele Sindona. Ahora, una exposición exhaustiva del tema –Storia
del Banco Ambrosiano: fondazione, ascesa e dissesto, 1896-1982, de Carlo Bellavite
Pellegrini, Laterza, Milán- permite detectar paralelos con la crisis de
Enron Corporation.
El autor, investigador de finanzas corporativas para la Azione Cattolica
lombarda, cree que ese escándalo aporta "al análisis de problemas
tan actuales como la gestión empresaria, las sociedades cautivas y extraterritoriales
o el papel de administradores, síndicos y auditores. Enron y el
Ambrosiano tienen en común una red de firmas controladas pero
en apariencia autónomas. Enron las usó para multiplicar
ganancias ficticias e inflar valores bursátiles. Para el Ambrosiano,
el recurso era una solución para una estructura de propiedad atomizada,
mala gestión y arbitrariedades de todo tipo".
En ambos casos, se manifestaban "asimetrías informativas"
y ausencia de contralores adecuados. Como Calvi y Sindona, Kenneth Lay, Jefrrey
Skilling o Andrew Fastowno salían de la nada. Calvi debía su ascenso
a que conocía los secretos de Carlo Alessandro Canesi, su antecesor y
virtual padrone del banco, vía una trama de sociedades en el exterior.
La influencia del "trío Enron" derivaba de sus sólidos
contactos con la familia Bush y su clientela política en Tejas, Florida
y Washington. Dato curioso: estallado el escándalo, en Houston apareció
muerto un ex auditor, víctima de un dudoso suicidio.
Se han cumplido 20 años desde la caída del Istituto per Opere
Religiose y el Banco Ambrosiano, más los asesinatos de Roberto
Calvi y Michele Sindona. Ahora, una exposición exhaustiva del tema –Storia
del Banco Ambrosiano: fondazione, ascesa e dissesto, 1896-1982, de Carlo Bellavite
Pellegrini, Laterza, Milán- permite detectar paralelos con la crisis de
Enron Corporation.
El autor, investigador de finanzas corporativas para la Azione Cattolica
lombarda, cree que ese escándalo aporta "al análisis de problemas
tan actuales como la gestión empresaria, las sociedades cautivas y extraterritoriales
o el papel de administradores, síndicos y auditores. Enron y el
Ambrosiano tienen en común una red de firmas controladas pero
en apariencia autónomas. Enron las usó para multiplicar
ganancias ficticias e inflar valores bursátiles. Para el Ambrosiano,
el recurso era una solución para una estructura de propiedad atomizada,
mala gestión y arbitrariedades de todo tipo".
En ambos casos, se manifestaban "asimetrías informativas"
y ausencia de contralores adecuados. Como Calvi y Sindona, Kenneth Lay, Jefrrey
Skilling o Andrew Fastowno salían de la nada. Calvi debía su ascenso
a que conocía los secretos de Carlo Alessandro Canesi, su antecesor y
virtual padrone del banco, vía una trama de sociedades en el exterior.
La influencia del "trío Enron" derivaba de sus sólidos
contactos con la familia Bush y su clientela política en Tejas, Florida
y Washington. Dato curioso: estallado el escándalo, en Houston apareció
muerto un ex auditor, víctima de un dudoso suicidio.