<p>A última hora los mercados parecían dar por hecha la estatización. La clave eran US$ 27.000 millones en deuda titulizada, informó Frederick Henderson, director ejecutivo tras el despido de Richard Wagoneer. El monto equivale a 90% del endeudamiento exigible y el canje será complementado por otras medidas. </p>
<p>Algunos analistas, empero, dudaban de que la propuesta tuviese buen éxito. En otros términos, presionan por una convocatoria según el título XI de la ley federal para concursos y quiebras.</p>
<p>Tampoco quedaba en claro cómo podría el gobierno tratar un control mayoritario. Esto nunca había sucedido en la industria norteamericana. Ni siquiera en sectores vinculados a producción bélica en tiempo de guerra.</p>
<p>Este mismo lunes, en efecto, la Casa Blanca aclaró “no desear al manejo cotidiano de esa compañía o cualquier otra, pese a ser un potencial controlante accionario. Queremos –señaló el vocero Robert Gibbs- una actividad autosuficiente”. En forma separada, la alemana Daimler resolvió ceder a Chrysler-Cerberus Capital Management el 19,9% que mantenía en el paquete accionario. </p>
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Para evitar la quiebra, GM hace un último intento de cambiar bonos por acciones
La segunda automotriz mundial lanzó un canje de bonos y anunció el recorte de 21.000 horas hombre. La reestructuración resultante pondrá el control accionario en manos del estado federal. La única opción sería una quiebra lisa y llana.