“A Apple no se le está pidiendo nada que actualmente no pueda hacer”, dijeron los fiscales al apelar la decisión del juez James Orenstein de la Corte del Distrito Federal de Nueva York. Los fiscales argumentan que la exigencia de ayuda técnica es un pedido de rutina que se hace para que impere la ley, similar al de muchas otras veces en que Apple aceptó cooperar en casos anteriores. Agregan que de ninguna manera eso altera el equilibrio entre seguridad y privacidad.
Los abogados de ambas partes siguen con atención este debate de Brooklyn porque creen que su resultado puede influir pesadamente en el caso del terrorista de San Bernardino en California.
Sin embargo, hay diferencias entre los dos casos: uno implica una investigación de alto nivel contra el terrorismo, el otro afecta a un dealer de drogas de cuarta categoría. Pero ambos se centran en si el Departamento de Justicia puede usar el estatuto de 1789 para obligar a Apple a desbloquear un iPhone.
En el caso de Brooklyn, abrir el iPhone sería mucho más fácil para Apple porque se trata de un teléfono con un sistema operativo más viejo y codificación más simple.
Pero en el caso de San Bernardino, los abogados de Apple dicen que la compañía tendría que crear un programa totalmente nuevo para entrar al iPhone que usa Syed Rizwan Farook, quien junto a su mujer mataron a 14 personas. Ese teléfono funciona con el último sistema operativo.El caso de San Bernardino ofrece a los fiscales lo que consideran un caso testigo para establecer el poder del gobierno para obligar a una compañía tecnológica a desbloquear su propia codificación.