La Corte decidió que la fórmula de una nueva versión del medicamento Glivec, para el que Novartis buscaba obtener la patente, “no satisface los criterios de novedad o creatividad” requeridos por la legislación local. El fallo seguramente enfurecerá a las grandes empresas farmacéuticas que seguían el caso con gran interés. La batalla por el Glivec, que ya llevaba siete años, concitó la atención no sólo de las farmoquímicas multinacionales sino de activistas locales que pugnan por acceso a medicamentos baratos. Este precedente afectará la posibilidad de otras multinacionales para obtener patentes para nuevas versiones de drogas existentes.
La producción india de genéricos, actualmente valuada en US$26.000 millones, es la principal proveedora de medicamentos baratos para muchos países en desarrollo, especialmente Ãfrica. El sector también considerado fundamental para mantener los precios de las medicinas en un nivel razonable en India, donde 70% de los costos de salud recae sobre las espaldas de la gente.
Novartis presentó el pedido de patente en 2006 y desde entonces la moción fue negada en todas las instancias. La compañía suiza definió la decisión como “un golpe para los pacientes que frustrará el progreso médico en enfermedades sin opciones eficaces de tratamiento”. La ley india de patentes de 2005, adoptada como parte del proceso de incorporación a la organización Internacional del Comercio, brinda la protección de patente a drogas innovadoras, pero fija un umbral muy alto para patentar nuevas versiones de drogas existentes, diciendo que el compuesto modificado debe mostrar más y mejor eficacia.
Glivec fue patentado en 40 países, pero su solicitud para lograr una protección similar en India fue rechazada en 2006, cuando la oficina de patentes decidió que el ingrediente activo, el imatinib myselate, era un compuesto conocido antes del desarrollo de Glivec, y, por lo tanto, inelegible.
Por su parte, Novartis decía que el compuesto original era demasiado inestable para el uso humano, y así, se debía otorgar una patente a la nueva forma cristalizada de la droga, que la hacía viable como tratamiento para el cáncer.
Anand Sharma, ministro de comercio de la India, llamó al veredicto un “juicio histórico que reafirma la posición de la ley india, que obliga la necesidad de que haya una innovación importante cuando estudia el caso de otorgar una nueva patente”.