Nortel: echan al presidente y dos ejecutivos superiores

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La canadiense Nortel Networks despidió a Frank Dunn (CEO), Douglas Beatty (director financiero) y Michael Gollogly (contralor contable). Mientras las acciones caían 28%, la firma anunció que reducirá las ganancias estimadas para 2003.

Nortel, uno de los principales fabricantes de equipos para telecomunicaciones y proveedor militar, viene desde hace rato sorprendiendo –ingratamente- a accionistas, inversores y expertos. La empresa tiene la costumbre de revisar contabilidad hacia atrás. Hace un año, retrasó la presentación del estado financiero 2002 ante la autoridad bursátil.

Las actuales novedades resultan por demás inquietantes, porque la firma se ha negado a dar detalles específicos. Tanto para el recálculo como para el violento despido de sus tres máximos ejecutivos. Lynton Wilson –presidente de la junta- se limitó a decir una perogrullada: “Las medidas anunciadas reflejan responsabilidades y son en beneficio de los accionistas”.

A criterio de Wilson, “despedir a Dunn, aun con causa justificada, fue una decisión difícil”. Pero ni él ni Dunn explicaron cuál era esa causa. Tampoco los otros dos abrieron la boca. En minutos, Nortel designó CEO a William Owens –estaba en el directorio desde 2002-, presidente ejecutivo de Teledesic, una empresa satelital. Dato curioso: Owens fue vicecomandante del estado mayor conjunto durante la guerra contra Irak de 1990/1.

Subsisten demasiadas dudas. Analistas de Toronto y Nueva York sospechan que el llamativo silencio de los despedidos se obtuvo vía suculentas bonificaciones. Pero, si fueron echados con causa justa, esos dineros no son legales. Ahora, los reguladores canadienses exigirán conocer los motivos de esas medidas. “¿Será Nortel la Halliburton canadiense”, se preguntaban enr la TV de Montreal.

Nortel, uno de los principales fabricantes de equipos para telecomunicaciones y proveedor militar, viene desde hace rato sorprendiendo –ingratamente- a accionistas, inversores y expertos. La empresa tiene la costumbre de revisar contabilidad hacia atrás. Hace un año, retrasó la presentación del estado financiero 2002 ante la autoridad bursátil.

Las actuales novedades resultan por demás inquietantes, porque la firma se ha negado a dar detalles específicos. Tanto para el recálculo como para el violento despido de sus tres máximos ejecutivos. Lynton Wilson –presidente de la junta- se limitó a decir una perogrullada: “Las medidas anunciadas reflejan responsabilidades y son en beneficio de los accionistas”.

A criterio de Wilson, “despedir a Dunn, aun con causa justificada, fue una decisión difícil”. Pero ni él ni Dunn explicaron cuál era esa causa. Tampoco los otros dos abrieron la boca. En minutos, Nortel designó CEO a William Owens –estaba en el directorio desde 2002-, presidente ejecutivo de Teledesic, una empresa satelital. Dato curioso: Owens fue vicecomandante del estado mayor conjunto durante la guerra contra Irak de 1990/1.

Subsisten demasiadas dudas. Analistas de Toronto y Nueva York sospechan que el llamativo silencio de los despedidos se obtuvo vía suculentas bonificaciones. Pero, si fueron echados con causa justa, esos dineros no son legales. Ahora, los reguladores canadienses exigirán conocer los motivos de esas medidas. “¿Será Nortel la Halliburton canadiense”, se preguntaban enr la TV de Montreal.

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