El monopolio moscovita es hoy la primera extractora mundial de hidrocarburos y factura anualmente más de U$S 84.000 millones. Por su parte, Rosñeft no es otra cosa que la ex Yukos, confiscada por Vladyímir Putin al magnate Míjail Jodorkovsky, todavía en Siberia. PetroChina es la mayor firma de ese país y, aunque estatal, incluye accionistas privados, en especial Berkshire Hathaway (o sea, Warren Buffett).
El perfil mundial del sector, ya en la primera década del siglo XXI, revela -verbigracia- que la OPEP pesa cada vez menos. En otro plano, los crudos tejanos han rozado ya US$ 111 el barril y pueden superar los 120/130 en abril. Cuando pasaron 107, en dólares constantes –deflacionados-, quebraron el máximo de 1981.
Pero, por vez primera en esta larga onda alcista (iniciada en 2004), parece que las utilidades de las petroleras privadas ya no seguirán subiendo junto con los precios. Ya en el III trimestre, Exxon Mobil dio ganancia por US$ 9,410 millones, es decir 10% menos que el lapso anterior. Motivos: menor rentabilidad de refinados, declive de volúmenes y crecientes costos de explotación.
Por cierto, la demanda acumulada de hidrocarburos tiende a estancarse. Según la Organización pro Cooperación para Desarrollo Económico (club ortodoxo muy poco interesado en justificar su nombre), entre 1999 y 2008 China habrá absorbido 5,04% más crudos y derivados, margen que el resto de Asia oriental-meridional reduce a +3,36%. Levante demandará +2,51%, África subsahariana apenas 0,99%, Latinoamérica +1,5% y América anglosajona +4,26%. El resto del mundo se habrá mantenido neutro.
El monopolio moscovita es hoy la primera extractora mundial de hidrocarburos y factura anualmente más de U$S 84.000 millones. Por su parte, Rosñeft no es otra cosa que la ex Yukos, confiscada por Vladyímir Putin al magnate Míjail Jodorkovsky, todavía en Siberia. PetroChina es la mayor firma de ese país y, aunque estatal, incluye accionistas privados, en especial Berkshire Hathaway (o sea, Warren Buffett).
El perfil mundial del sector, ya en la primera década del siglo XXI, revela -verbigracia- que la OPEP pesa cada vez menos. En otro plano, los crudos tejanos han rozado ya US$ 111 el barril y pueden superar los 120/130 en abril. Cuando pasaron 107, en dólares constantes –deflacionados-, quebraron el máximo de 1981.
Pero, por vez primera en esta larga onda alcista (iniciada en 2004), parece que las utilidades de las petroleras privadas ya no seguirán subiendo junto con los precios. Ya en el III trimestre, Exxon Mobil dio ganancia por US$ 9,410 millones, es decir 10% menos que el lapso anterior. Motivos: menor rentabilidad de refinados, declive de volúmenes y crecientes costos de explotación.
Por cierto, la demanda acumulada de hidrocarburos tiende a estancarse. Según la Organización pro Cooperación para Desarrollo Económico (club ortodoxo muy poco interesado en justificar su nombre), entre 1999 y 2008 China habrá absorbido 5,04% más crudos y derivados, margen que el resto de Asia oriental-meridional reduce a +3,36%. Levante demandará +2,51%, África subsahariana apenas 0,99%, Latinoamérica +1,5% y América anglosajona +4,26%. El resto del mundo se habrá mantenido neutro.