Elon Musk, CEO de Tesla, ha dicho en repetidas oportunidades que no tiene ningún interés en fabricar motos. Un accidente en su juventud en el que estuvo cerca de la muerte, le dejó malos recuerdos y con poca simpatía hacia las motos.
Paralelamente, el incipiente mercado de las motos eléctricas no logra aumentar sus ventas debido, principalmente, a que los jóvenes no se muestran demasiado interesados. La única solución de largo plazo para este problema es lograr cautivar a los más jóvenes. Por lo tanto, la industria necesita algo nuevo. Muchos fabricantes, justamente por ese motivo, miran a Tesla como la solución que necesitan para resurgir.
Entre muchas otras cosas, el magnetismo de la marca haría que mucha gente que jamás pensó en tener una moto, animarse a probarla. Las modos intimidan a mucha gente y las marcas tradicionales hasta ahora solo se han interesado en aquellos que no les temen. Además, la participación de Tesla podría interesar a los millones de millennials que pueblan Silicon Valley.
Pero eso solo pasará si la industria logra convencer a Musk.