Fundó United Colours of Benetton en 1965 junto a sus tres hermanos Luciano, Giuliana y Carlo. La familia es hoy una de las más poderosas de Italia, con intereses en construcción, transporte y restaurantes. Fue vicepresidente de Edizione, el holding financiero familiar que controla Atlantia, el más grande grupo de infraestructura de Italia.
En los últimos meses el clan Benetton frecuentó los titulares de los diarios por dos sucesos. El primero fue la muerte del hermano menor, Carlo y el segundo, el trágico derrumbe del Puente Morandi en Génova.
El dedo acusador por ese desastre apunta a Autostrade per l’Italia, empresa que detenta la concesión de la autopista A10 que pasaba por el viaducto, propiedad de Atlantia. La familia Benetton, a través de Edizione SL, posee 30% de Atlantia.
Los Benetton son una de las grandes familias de la industria italiana. Hasta ahora han sido intocables por su gran aporte a la economía del país y por su estrecha relación con políticos de toda índole (desde Silvio Berlusconi hasta Romano Prodi) y varios medios de comunicación (Il Sole 24 Ore, Caltagirone Editore).
El patriarca del clan, Luciano Benetton — que a sus 83 años ha vuelto a tomar las riendas del negocio tras años de declive en el sector textil, el negocio originario– afronta uno de los momentos más difíciles de su trayectoria. El derrumbe del puente Morandi en Génova ha dejado 38 muertos, una veintena de desaparecidos, más de 300 familias sin hogar y la economía de la ciudad portuaria al borde del colapso.
Gilberto muere a los 77 años, apenas tres meses después de la de su hermano menor Carlo, a los 74.
Los Benetton controlan también la cadena Autogrill, de restaurantes rápidos junto a las autopistas y en los aeropuertos italianos. La cadena de sweaters coloridos hizo furor en los años 80 y 90 apuntalados por la provocación de sus avisos publicitarios. Uno de los primeros mostraba una mujer negra amamantando un bebé blanco. Otro mostraba una hilera de prisioneros sentenciados a muerte en Estados Unidos.
