Hasta este intento, la lista de fusiones y adquisiciones desde mediados de 2006 va de menor a mayo. En agosto de ese año, Golcorp (Canadá) tomó Glamis Gold (Estados Unidos) en US$ 8.600 millones y Companhia Vale do rio Doce pagó 17.700 millones por otra canadiense, Inco. Siguieron Freeport-McMoran Copper (EE.UU.), que compró en 25.800 millones a su compatriota Phelps Dodge en noviembre, y –en julio de 2007- la hoy asediada Río Tinto tomaba Alcan (Canadá) por US$ 37.400 millones.
Cabe recordar que la actual BHP Billiton es fruto de una fusión por US$ 11.900 millones en 2001. Volviendo a 2006, en mayo la suiza Xstrata adsorbió la canadiense Falconbridge ofrecientoi US$ 17.200 millones.
Por supuesto, al auge en los mercados de productos primarios tiene papel decisivo en esta ola de F&A. Pero, de todos modos, la oferta de BHP Billiton parece desmedida y se relaciona con la personalidad agresiva de Koppers. Obviamente, Río Tinto rechazó el intento, pero los observadores esperan que se repita corregida y aumentada. Salvo que se metan los chinos.
Si se concretase la compra, juntaría la primera y la tercera mineras del globo, integrando un gigante en materia de hierro, cobre, bauxita y otras materias primas claves en la producción de acero, aluminio y una serie de insumos industriales críticos. En otro plano, los flamantes CEO de BHP (Kloppers) y Río (Tommaso Albanese) están cambiándole la cara a una actividad por demás conservadora. De hecho, hace pocos días que RT había completado la toma de Alcan.
En las actuales condiciones, la fusión BHP Billiton-Río Tinto seria la segunda del mundo, luego de una que data de 2000: Vodafone-Manesman, por US$ 172.000 millones (en dólares de esa época, cuando el euro estaba en apenas 0,835). Pero, a criterios de algunos expertos, la ola de F&A mineras es un poco apresurada y depende más de CEO ambiciosos que de la realidad misma. Una de ellas, verbigracia, involucra un fondo que especula con compras apalancadas (DB Investments, Luxemburgo, pagó US$ 8.600 millones por Glamis Gold, abril de 2006).
En el otro extremos. El mercado sospecha que la estatal brasileña CVRD podría interesarse en Alcoa. Por otra parte, en abril de 2005 una firma rusa, Polyus Gold, fue comprada por un grupo de accionistas, entre quienes se contaban operadores de Moscú.
Hasta este intento, la lista de fusiones y adquisiciones desde mediados de 2006 va de menor a mayo. En agosto de ese año, Golcorp (Canadá) tomó Glamis Gold (Estados Unidos) en US$ 8.600 millones y Companhia Vale do rio Doce pagó 17.700 millones por otra canadiense, Inco. Siguieron Freeport-McMoran Copper (EE.UU.), que compró en 25.800 millones a su compatriota Phelps Dodge en noviembre, y –en julio de 2007- la hoy asediada Río Tinto tomaba Alcan (Canadá) por US$ 37.400 millones.
Cabe recordar que la actual BHP Billiton es fruto de una fusión por US$ 11.900 millones en 2001. Volviendo a 2006, en mayo la suiza Xstrata adsorbió la canadiense Falconbridge ofrecientoi US$ 17.200 millones.
Por supuesto, al auge en los mercados de productos primarios tiene papel decisivo en esta ola de F&A. Pero, de todos modos, la oferta de BHP Billiton parece desmedida y se relaciona con la personalidad agresiva de Koppers. Obviamente, Río Tinto rechazó el intento, pero los observadores esperan que se repita corregida y aumentada. Salvo que se metan los chinos.
Si se concretase la compra, juntaría la primera y la tercera mineras del globo, integrando un gigante en materia de hierro, cobre, bauxita y otras materias primas claves en la producción de acero, aluminio y una serie de insumos industriales críticos. En otro plano, los flamantes CEO de BHP (Kloppers) y Río (Tommaso Albanese) están cambiándole la cara a una actividad por demás conservadora. De hecho, hace pocos días que RT había completado la toma de Alcan.
En las actuales condiciones, la fusión BHP Billiton-Río Tinto seria la segunda del mundo, luego de una que data de 2000: Vodafone-Manesman, por US$ 172.000 millones (en dólares de esa época, cuando el euro estaba en apenas 0,835). Pero, a criterios de algunos expertos, la ola de F&A mineras es un poco apresurada y depende más de CEO ambiciosos que de la realidad misma. Una de ellas, verbigracia, involucra un fondo que especula con compras apalancadas (DB Investments, Luxemburgo, pagó US$ 8.600 millones por Glamis Gold, abril de 2006).
En el otro extremos. El mercado sospecha que la estatal brasileña CVRD podría interesarse en Alcoa. Por otra parte, en abril de 2005 una firma rusa, Polyus Gold, fue comprada por un grupo de accionistas, entre quienes se contaban operadores de Moscú.