Según un artículo aparecido el miércoles 16 en una prestigiosa
publicación especializada, el laboratorio farmacéutico Merck encargó
gran cantidad de investigaciones sobre una droga suya, y luego contactó
a una larga lista de médicos para que las rubriquen con su firma; el paso
final es publicar las conclusiones en revistas médicas.
El artículo, basado en documentos desenterrados en juicios contra el calmante
Vioxx, deja a la luz una práctica muy generalizada: la de encargar a un
escritor fantasma determinados estudios de investigación para luego publicarlos
en revistas especializadas. Cita un borrador de una investigación sobre
Vioxx donde todavía no aparece la firma de ningún investigador de
renombre y que en cambio identifica al principal escritor sólo como ¿”autor
externo?”
Vioxx era una droga de gran éxito hasta que Merck lo retiró de la
venta en 2004 ante evidencia de que estaría ligado a ataques cardíacos.
Hacia finales del año pasado, la compañía aceptó pagar
US$ 4.850 millones para resolver cientos de miles de juicios entablados por ex
pacientes o sus familiares.
El autor principal del artículo aparecido, el doctor Joseph S. Ross de
la Escuela de Medicina Monte Sinaí de Nueva York, dijo que un análisis
más detenido de los documentos de Merck plantea serias dudas sobre la validez
de las investigaciones publicadas porque la práctica del escritor fantasma
parece estar muy generalizada.
Merck reconoció el martes que a veces contrata escritores para preparar
borradores antes de entregárselos a los médicos cuyos nombres finalmente
aparecen en la publicación. Pero la compañía no acepta la
conclusión de que los médicos en cuestión tienen muy poca
participación en dichos análisis o investigaciones.
El trabajo final es producto del médico y “fielmente refleja su opinión”,
dijo James C. Fitzpatrick, abogado de Merck.
JAMA, el Journal of the American Medical Association, dice en un editorial que
el análisis demuestra que Merck aparentemente había manipulado docenas
de publicaciones para promocionar Vioxx.
“Está claro que por lo menos algunos de los autores tuvieron una escasa
participación directa en el estudio y sin embargo permitieron que aparecieran
sus nombres como autores responsables,” dice el editorial. También
sugiere la columna que se exija a cada autor que especifique cuál es su
aporte específico al artículo. Y finalmente, asigna parte de la
responsabilidad a los directores de los “journals” por permitir a las
compañías manipular las publicaciones.
Según un artículo aparecido el miércoles 16 en una prestigiosa
publicación especializada, el laboratorio farmacéutico Merck encargó
gran cantidad de investigaciones sobre una droga suya, y luego contactó
a una larga lista de médicos para que las rubriquen con su firma; el paso
final es publicar las conclusiones en revistas médicas.
El artículo, basado en documentos desenterrados en juicios contra el calmante
Vioxx, deja a la luz una práctica muy generalizada: la de encargar a un
escritor fantasma determinados estudios de investigación para luego publicarlos
en revistas especializadas. Cita un borrador de una investigación sobre
Vioxx donde todavía no aparece la firma de ningún investigador de
renombre y que en cambio identifica al principal escritor sólo como ¿”autor
externo?”
Vioxx era una droga de gran éxito hasta que Merck lo retiró de la
venta en 2004 ante evidencia de que estaría ligado a ataques cardíacos.
Hacia finales del año pasado, la compañía aceptó pagar
US$ 4.850 millones para resolver cientos de miles de juicios entablados por ex
pacientes o sus familiares.
El autor principal del artículo aparecido, el doctor Joseph S. Ross de
la Escuela de Medicina Monte Sinaí de Nueva York, dijo que un análisis
más detenido de los documentos de Merck plantea serias dudas sobre la validez
de las investigaciones publicadas porque la práctica del escritor fantasma
parece estar muy generalizada.
Merck reconoció el martes que a veces contrata escritores para preparar
borradores antes de entregárselos a los médicos cuyos nombres finalmente
aparecen en la publicación. Pero la compañía no acepta la
conclusión de que los médicos en cuestión tienen muy poca
participación en dichos análisis o investigaciones.
El trabajo final es producto del médico y “fielmente refleja su opinión”,
dijo James C. Fitzpatrick, abogado de Merck.
JAMA, el Journal of the American Medical Association, dice en un editorial que
el análisis demuestra que Merck aparentemente había manipulado docenas
de publicaciones para promocionar Vioxx.
“Está claro que por lo menos algunos de los autores tuvieron una escasa
participación directa en el estudio y sin embargo permitieron que aparecieran
sus nombres como autores responsables,” dice el editorial. También
sugiere la columna que se exija a cada autor que especifique cuál es su
aporte específico al artículo. Y finalmente, asigna parte de la
responsabilidad a los directores de los “journals” por permitir a las
compañías manipular las publicaciones.