La decisión de impedir la instalación de McDonald’s frente a la plaza fue tomada por un panel cuya misión es preservar el corazón antiguo de la ciudad. Pero McDonald’s, que modificó su propuesta para adecuarse a los requerimientos de la ciudad, reclama ahora compensación por daños y perjuicios.
La compañía norteamericana dice que presentó un plan para operar de acuerdo con las exigencias de la ciudad y de incorporar en su menú productos típicamente locales como exigen las regulaciones comerciales locales. Entiende, dice, que “la herencia cultural y artística de los centros urbanos históricos de Italia debe ser respetada y protegida, así como las tradiciones y los pequeños negocios históricos, pero no pueden aceptar regulaciones discriminatorias que dañan la libertad de la iniciativa privada sin que haya ventajas para nadie”.
Pero el intendente de Florencia, Dario Nardella negó que hubiera habido prejuicio al rechazar el pedido de McDonald’s de abrir una sucursal frente a la plaza, “McDonald’s tiene derechos a presentar su pedido, pero nosotros también tenemos el derechos de decir que no”, dijo.