El acuerdo es la respuesta más contundente a la caída de los precios del petróleo, que bajó a la mitad desde el año pasado y podría ser el comienzo de una gran consolidación en el sector.
La compra de la compañía británica aumentará 25% las reservas de petróleo y gas de Shell y 20% su producción. En poco años podría convertirse en la mayor compañía petrolera no estatal del mundo. Con esa compra se convierte en Brasil en la mayor empresas extranjera y se convierte también en el mayor productor de gas licuado natural.
BG, por su parte, acababa de contratar a Helge Lund como director ejecutivo, cargo que ahora ejercerá solamente hasta fin de año. Shell pagará a los accionistas de BG 383 peniques la acción en efectivo más 0,4454 de acciones B en Shell. Eso equivale a valuar en £13,50 la acción de BG y la compañía en £47.000 millones.
Si se tiene en cuenta que en los últimos resultados BG había registrado una deuda neta de £8.000 millones, Shell ha comprado BG por un total de £55.000 millones.
Desde que comenzó a caer el precio del crudo el año pasado, crecieron las expectativas de que se repita en ese sector la seguidilla de fusiones y adquisiciones de los años 90 y generaron la creación de las actuales súper empresas: BP, Chevron y ExxonMobil.
Y, en efecto, desde que comenzó a caer el precio del petróleo ya se han producido algunas operaciones. Halliburton compró en noviembre Baker Hughes, su rival en servicios petroleros. Repsol de España propuso en diciembre comprar la canadiense Talisman Energy.