El caso es que ahora pasajeros e inversores se preguntan si el problema no será más serio de lo que parecía. El acontecimiento parece ahora retornar al limbo de enero, cuando se prendió fuego una batería mientras un Dreamliner estaba estacionado en Boston y poco más tarde otra batería largó humo en otro 787. Los reguladores iniciaron una investigación y ordenaron a la compañía no volar el avión durante cuatro meses.
Este último episodio vuelve a plantear incógnitas. ¿Estos inconvenientes son provocados por un detalle menor o hay un serio problema de diseño o de manufactura?
Varias de las 13 aerolíneas que fuelan el avión, incluyendo Ethiopian, y otras más que encargaron aviones dicen que confían en boeing y mantienen el Dreamliner. Algunos pasajeros consultados, sin embargo, manifestaron más dudas.