Los hoteles contraatacan

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El hombre que fundó la cadena de hoteles Starwood vuelve hoy al negocio hotelero para desafiar la competencia feroz que sufren éstos a manos de empresas digitales como Airbnb.

Luego de más de 10 años de haber dejado el negocio hotelero para fundar Starwood Capital Group, Stuart Sternlicht regresa con lo que presenta como un plan para salvar a los grandes hoteles del feroz ataque que sufren a manos de competidores digitales como Airbnb, Booking.com y Expedia.

Sternlicht fundó Starwood Hotels and Resorts en 1995 y convirtió a la cadena en uno de los más grandes grupos hoteleros del mundo. Abandonó el negocio en 2005 para dedicarse a la inversión inmobiliaria. El año pasado creó cadenas hoteleras de ultra- nicho en Estados Unidos y Gran Bretaña para satisfacer, como dice, el marcado individualismo del viajero de hoy. Su estrategia, dice, es una respuesta al peligro que sufre el negocio hotelero originado por actores digitales como Airbnb que convierten cualquier casa en un mini hotel.

 

Los competidores digitales

Para quienes todavía no conocen Airbnb, se trata de un mercado online fundado en San Francisco en 2008 que permite a la gente encontrar un casa o departamento donde pasar las vacaciones a una tarifa mucho más conveniente que la que ofrecen los hoteles Sus listas de disponibilidad ya tienen más de un millón y medio de residencias en 34.000 ciudades y 191 países.

. Es un portal de reservas de alojamiento online que reserva por día 1,100 millones de noches.

Por su parte, Expedia es una agencia de viajes en Internet con oficinas centrales en Estados Unidos y delegaciones en 31 países, reserva pasajes de avión, hoteles alquiler de vehículos, cruceros y paquetes vacacionales.

 

“Para defendernos de los Airbnb y otros competidores online tenemos que crear experiencias diferentes”, dice. “Los consumidores son muy inteligentes y saben distinguir un buen hotel de otro malo, por eso hay que crear una experiencia diferenciada. De lo contrario los hoteles se vuelven commodities“.

Vamos a ver cómo le va. Tal vez Sternlicht esté pasando por alto un elemento muy importante en esta ecuación: el precio. Si una familia que quiere irse de vacaciones tiene la oportunidad de pagar la mitad de lo que pagaría en un hotel y además puede ahorrar en restaurantes porque puede preparar en casa las comidas de todos los días, es evidente que va a preferir Airbnb. Lo que hace falta no es una experiencia diferente sino un precio muy diferente.

 

 

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