<p>Por supuesto –admiten Washington y BP-, si se mantienen condiciones climáticas ideales. En ese caso, los trabajos de taponamiento podrían finiquitarse antes del plazo aún vigente, o sea mediados de agosto. <br />
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Una de las razones que explican este ablandamiento judicial fue decisiva: este pozo auxiliar representa por ahora la mejor posibilidad de frenar el derrame iniciado el 20 de abril. Pero, en lo tocante a la catástrofe ambiental que castiga las costas de Texas, Luisiana, Misisipi, Alabama y Florida, “muy poco se ha hecho de positivo”, reiteró esta semana el propio Barack Obama. <br />
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El comandante para incidentes nacionales (NIC) y ex almirante de la prefectura naval, Thaddeus Allen, espera que “las perforaciones de alivio intercepten y penetren la tubería maestra de la plataforma hoy sumergida en el noreste del golfo de México”. La estructura yace a unos 5.000 metros de la superficie, se apoya sin gran estabilidad en el talud continental y deja apenas seis a nueve días para ser alcanzada. <br />
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Por ejemplo, si esto hubiese ocurrido en la inmensa área alrededor de Malvinas, la enorme distancia al límite epicontinental haría imposible este tipo de bloqueo. <br />
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Como observa Allen, existe otra dificultad. “Nadie sabe cuánto llevará desde alcanzar la zona hasta frenar efectivamente el derrame. El pozo en colapso tiene varios anillos concéntricos y, por ende, el magma de crudos, aguas y gases podría seguir derramándose por un anillo de agujeros tras otro”.<br />
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El plan consiste en bombear lodo y después cemento de fraguado instantáneo, con el objeto de neutralizar la presión hacia arriba del magma escupido por el vasto yacimiento existente bajo el lecho marino. Si el petróleo sale del anillo exterior, será necesario aumentar la inyección de lodo y cemento con la idea de bloquear primero esa capa. Luego, será preciso perforar ese mismo cemento solidificado y repetir el procedimiento en cada anillo de agujeros hasta llegar a la tubería maestra.<br />
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<p>Esta hipótesis operativa lleva los plazos efectivamente a mediados de agosto, vale decir casi cuatro meses después del desastre. También es el límite previsto por el gobierno norteamericano y BP. La empresa, empero, sostiene que el calendario de bombeos se ha acelerado y el derrame podría ceder –no frenarse del todo- en algunos días. Allen, los estados afectados y los ambientalistas no comparten ese optimismo. <br />
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“Si debemos agotar todos los medios, teniendo en cuenta –apunta el almirante- el tipo de hidrocarburos que continúa subiendo, lo más realista es apostar a mediados de agosto. Sólo si el flujo de magma se redujese a la tubería maestra, podríamos detener el derrame en menos tiempo”. Scott Dean, vocero de la compañía, se aferra a esta posibilidad, pero sin tener en cuenta eventuales huracanes.<br />
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En verdad, las cuadrillas están “espectacularmente cerca” (cree Dean), pero también ingresan a una fase delicada de operaciones. Se requieren pasos lentos, metódicos y cautelosos. Por eso BP no ha descartado agosto como plazo de máxima. Técnicamente, reducir en pocos días ese término puede bloquear millones de barriles en crudos hoy derramados. El pozo accidentado ha estado echando entre 0,333 y 0,654 millones de metros cúbicos diarios en forma de magma. <br />
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En medio de todo, el jueves se renovaban las presiones de Obama sobre BP. El presidente exige que la firma británica –en plena emergencia interna con un duro balance en ciernes- mejore los procedimientos para bombear más crudos fuera del pozo colapsado. Especialmente mientras se inicia ahora una temporada de clima favorable en la región.</p>
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