La noche del martes, un grupo de ejecutivos de la petrolera propuso al gobierno un nuevo plan de rescate, con aprobación de Jodorkovsky, sugiriendo un arreglo general para la creciente deuda tributaria. Esto a cambio de ceder –en todo o parte- la parte del paquete en manos del magnate.
Allegados a los negociadores confirman que Jodorkovsky pone a disposición del salvataje el 44% que posee en el paquete de la quinta petrolera mundial. En realidad, esta porción pertenece al detenido y un grupo de socios personales. Luego, Yukos transferiría las acciones directamente al estado o las vendería para aportar efectivo, en un arreglo orientado a actuales y futuros reclamos de la autoridad impositiva.
A cambio, la compañía plantea el levantamiento del embargo judicial sobre cuentas bancarias y otro activos. También pide tres años para restructurar y cubrir todas las deudas tributarias, que proyecta entre US$ 7.000 y 8.000 millones.
Jodorkovsky aceptaría entregar su paquete sin necesidad de pago inicial pero, en un convenio aún por negociar, buscará obtener algún reembolso. Éste se efectuaría en tres a cinco años vista. Los detalles completos –aun reservados- figuran en cartas remitidas por Yukos a Míjail Fradkov y Al’exyei Kudrin, respectivamente primer ministro y titular de Hacienda.
Todo eso ocurría pocas horas antes de vencer –este jueves- el plazo dado a la firma para pagar impuestos caídos y punitorios por US$ 3.400 millones. Los fiscales podrán, en ese instante, pedir la bancarrota. A primera hora del miércoles, surgió una señal positiva del gobierno: un alto funcionario aludió a un eventual apoyo a la restructuración de pasivos, en forma coordinada con Hacienda.
Por supuesto, queda la demanda “oportunista” radicada en Nueva York por un fondo inversor, justamente por esa suma, en nombre de un accionista residente en Estados Unidos. Si hay principio de arreglo en Moscú, el juez norteamericano que hizo lugar al pleito tan velozmente podría quedarse en el aire.
La noche del martes, un grupo de ejecutivos de la petrolera propuso al gobierno un nuevo plan de rescate, con aprobación de Jodorkovsky, sugiriendo un arreglo general para la creciente deuda tributaria. Esto a cambio de ceder –en todo o parte- la parte del paquete en manos del magnate.
Allegados a los negociadores confirman que Jodorkovsky pone a disposición del salvataje el 44% que posee en el paquete de la quinta petrolera mundial. En realidad, esta porción pertenece al detenido y un grupo de socios personales. Luego, Yukos transferiría las acciones directamente al estado o las vendería para aportar efectivo, en un arreglo orientado a actuales y futuros reclamos de la autoridad impositiva.
A cambio, la compañía plantea el levantamiento del embargo judicial sobre cuentas bancarias y otro activos. También pide tres años para restructurar y cubrir todas las deudas tributarias, que proyecta entre US$ 7.000 y 8.000 millones.
Jodorkovsky aceptaría entregar su paquete sin necesidad de pago inicial pero, en un convenio aún por negociar, buscará obtener algún reembolso. Éste se efectuaría en tres a cinco años vista. Los detalles completos –aun reservados- figuran en cartas remitidas por Yukos a Míjail Fradkov y Al’exyei Kudrin, respectivamente primer ministro y titular de Hacienda.
Todo eso ocurría pocas horas antes de vencer –este jueves- el plazo dado a la firma para pagar impuestos caídos y punitorios por US$ 3.400 millones. Los fiscales podrán, en ese instante, pedir la bancarrota. A primera hora del miércoles, surgió una señal positiva del gobierno: un alto funcionario aludió a un eventual apoyo a la restructuración de pasivos, en forma coordinada con Hacienda.
Por supuesto, queda la demanda “oportunista” radicada en Nueva York por un fondo inversor, justamente por esa suma, en nombre de un accionista residente en Estados Unidos. Si hay principio de arreglo en Moscú, el juez norteamericano que hizo lugar al pleito tan velozmente podría quedarse en el aire.