Desde el escándalo en Volkswagen por la utilización de un software que modificaba las mediciones de emisión de gases, se han sucedido algunos otros casos. Esta vez se trata de BMW, quien parece haber admitido que por error se instaló un software en algunos de sus coches diésel, más concretamente unos 11.400 vehículos.
La fiscalía alemana ordenó el registro de la sede de la marca en Múnich y ha iniciado una investigación contra la empresa. Unos 100 policías registraron las instalaciones en la capital bávara y también en su planta de motores en Steyr, Austria.
“Existe un indicio de sospecha de que BMW utiliza un sistema para reducir las emisiones cuando se hacen controles de taller”, explicó la fiscalía en un comunicado.
Según BMW se trata de una equivocación en el uso del programa informático. Éste, habría sido introducido por error en revisiones posteriores a su salida de la planta. Las marcas afectadas serían BMW Serie 5 y BMW serie 7.
Según la declaración oficial de la compañía, “se trata de la instalación de un software en un lugar equivocado y no de una manipulación consciente del sistema de depuración de emisiones”.
El grupo BMW registró una ganancia neta de 8.706 millones de euros al cierre del año anterior, un alza de 26% con respecto a los 6.910 millones del ejercicio anterior. La compañía incrementó sus ventas mundiales y se benefició por la reforma fiscal llevada a cabo por la administración estadounidense.