Se analizaron los directorios completos de 288 empresas (prácticamente todas ellas en el listado de las 1.000 que más venden de Mercado), obtenidos con la revisión de balance cerrado durante el año 2015, con datos obtenidos de Bolsar, CNV, Banco Central, y en algunos casos, información aportada por las mismas empresas.
Si alguien tiene la fantasía de armar un mapa del poder económico empresarial con este material, debe abandonarla de inmediato. Solo permite revelar que algunos nombres se repiten en empresas que tienen los mismos accionistas.
Así por ejemplo, en el caso del cargo de presidente de la compañía, hay 11 nombres que se repiten por lo menos en dos empresas distintas; hay dos nombres que figuran en tres empresas; uno solo que tiene ese cargo en cuatro empresas, y por último una misma persona que preside siete empresas.
En cuanto al cargo de vicepresidente, se registran 13 personas que ocupan ese cargo en dos empresas, y tres que lo hacen en tres empresas.
Con relación a los directores, figuran tres personas que se repiten en dos empresas; y otros tres nombres que aparecen con el mismo cargo en tres empresas.
El listado completo de los directorios de estas 288 empresas ?demasiado extenso para publicarlo en papel? se puede consultar completo en el sitio de Mercado, en la siguiente dirección (www.mercado.com.ar /directorios.html ).
Renovación necesaria
El tema seguirá llamando la atención y provocará nuevos aportes, sea con la recolección de más datos empíricos, sea con contribuciones más teóricas. Por eso es conveniente estar al tanto de lo que se debate en el mundo acerca de esta materia.
Un informe que acaba de aparecer en Estados Unidos llama la atención sobre la necesidad de renovar los directorios de las empresas, teniendo en cuenta nuevos lineamientos que interesan a los shareholders. Especial hincapié se hizo en los boards donde sus miembros llevan un largo tiempo sirviendo como directores, o donde, como contrapartida, no llegan caras nuevas al cuerpo colegiado.
La investigación se hizo analizando los datos de 800 empresas de primera línea y no se salva ni siquiera la Berkshire Hathaway de Warren Buffet (precisamente por los años que lleva el gran inversor ocupando la misma posición).
El estudio fue realizado por ISS, una influyente entidad que asesora en gobierno corporativo.
ISS preguntó al universo empresarial qué opinaban de empresas donde no se designaba un nuevo director por cinco o más años, y donde el promedio de los directores en funciones excedía de 10 o 15 años en el cargo (adicionalmente, sobre los directorios donde en 75% de los casos, los directores habían prestado sus servicios por 10 o más años).
Consecuencia: más de 25% de las 2.900 empresas analizadas, incurrían en una de estas situaciones criticadas. Muchas, en al menos dos de estas prácticas cuestionadas.
Como los inversionistas reclaman un cambio en los directorios, en la búsqueda de mayor diversidad e inclusión, a la vez que de mayor eficiencia, todo hace presumir que la presión de los fondos de inversión ?y tal vez de los organismos reguladores? aumentará de modo notable.
En todo caso, estos lineamientos del ISS que son lo más parecido a un código de buenas prácticas, tardarán varios años en ser instrumentados.
Entre tanto, cada vez que una empresa atraviesa una crisis seria, los accionistas responsabilizan al directorio por su pasividad, falta de reflejos o lentitud en la respuesta.
Y reclaman cambios. Uno de los argumentos es que en Europa ?al contrario de Estados Unidos? los boards se renuevan más fácilmente y los directores no perduran in eternum.
Otros reclamos que avanzan
En todo el mundo, los accionistas pugnan por obtener mayor responsabilidad de los directorios. Se reclama la creación de nuevas posiciones de directores para dar representación a diversas minorías, a mayor cantidad de mujeres, y en general, a nuevas caras. Eliminar en suma, los viejos hábitos de “club de caballeros exclusivo” que han retenidos muchos directorios por décadas. Por ejemplo, según los estudios del ISS, el sector minería ?en 30 mercados globales? es el que tiene los directores de mayor edad (61 años) y la menor cantidad de mujeres (12% contra 17% si se toma todo el universo de la muestra).
Sea correcto, o sea prejuicio, la creencia es que cuanto mayor tiempo pasa alguien en un directorio, es mayor su falta de independencia de criterio. Algo que los fondos de pensión han denunciado con claridad. Pero también se sostiene que lo realmente importante no es que un director tenga una muy larga duración en el cargo. El dato central es el promedio de permanencia de todo el board. Lo que demandan los inversionistas es que los miembros del directorio sean realmente independientes del management de la empresa, lo que no parece ocurrir a menudo.
Lo que es comprobable con las cifras, es que en el grupo de empresas con un valor de capitalización superior a US$ 50.000 millones, los directores permanecen un promedio de 6,9 años y la presencia femenina es de 25%. Cuando el valor de las empresas está por debajo de US$ 500 millones, por ejemplo, los directores permanecen un promedio de 7,5 años, y las mujeres ocupan 12,5% de las posiciones.
La situación en la Argentina
No hay demasiada información disponible de este tipo en nuestro medio. Pero sí hay inquietud académica desde hace tiempo, plasmada en diversos estudios. El año pasado, la decisión de sumar esfuerzos fue de la Cátedra PwC de Gobierno de las Organizaciones del IAE Business School, y de Mercado.
El resultado: un estudio conjunto entre ejecutivos para conocer los roles y el desempeño de los directorios en las compañías que operan en nuestro país que se publicó en estas páginas en noviembre de 2015. Un estudio cuantitativo, una encuesta online de 298 casos relevados divididos en miembros de directorios (98) y no miembros (200).
Fue una respuesta al desarrollo conceptual que se está formando en otras latitudes, una nueva manera de relacionarse entre el directorio y el equipo directivo. La discusión, en serio, sobre la estrategia comienza a estar sobre la mesa cotidiana. Algunos directorios rechazan ya el rol tradicional de revisar informes y cifras que dan cuenta del pasado. Quieren avizorar el futuro y discutirlo a fondo. Son muchos los esfuerzos perceptibles por mejorar el proceso de gobernanza: mejores estructuras, chequeos y contrabalanceo, y sobre todo, mayor independencia de los directores.
La encuesta mostró que el gobierno corporativo en la Argentina está “en pañales”, con una enorme dispersión. Hay mucho trabajo por delante si se pretende alcanzar buenos estándares en materia de gobierno corporativo en las empresas argentinas.
Hay compañías ?las menos? que lo hacen francamente bien y el resto está dando aún los primeros pasos, si es que no están en el punto de largada, hacia un verdadero gobierno corporativo que ejerza efectivamente la responsabilidad de tutelar la sustentabilidad de la empresa.
20% de los directores encuestados admitió que su directorio tenía solo el rol de cumplir con la formalidad legal, lo que en la jerga se llama: “sello de goma”. Esta situación muestra claramente la falta de percepción del directorio como un órgano de gobierno con una responsabilidad real y que agrega un valor genuino e imprescindible a las organizaciones cuando hace su trabajo adecuadamente.