GM quiere reducir atención médica a personal sindicalizado

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En una muestra de responsabilidad social al revés, General Motors propone un convenio para ahorrarse US$ 50.000 millones en deudas. El gasto en salud pasaría a un fondo manejado a medias con la parte gremial.

La segunda automotriz mundial también propondrá a United Auto Workers (UAW) congelar aumentos por costo de vida. El convenio actual acaba de expirar (vienres 14) y, por el momento, se extiende día por día.

Algunos observadores y medios sindicales tienen sus sospechas. Al parecer, las versiones sobre transferencia de gastos médicos y fin del ajuste salarial por precios minoristas son formas de la firma para presionar con “pretensiones máximas” en las negociaciones paritarias.

Lo curioso es que estas condiciones leoninas sean claves para que la UAW le acepte a GM desembarazarse de obligaciones hacia los jubilados, que la firma estimaba en US$ 3,3 billones en efectivos durante 2006. A todas luces, una cifra imposible de creer. Tras pérdidas conjuntas por US$ 12.000 millones en ese ejercicio, también Ford y Chrysler también quieren reducir el gasto social.

Por supuesto, los analistas de mercado, empezando por los de bancos y firmas de Wall Street, apuestan a que el sindicato se haga cargo de la atención médica a personal en actividad y retiro. Pero sucede que, si las automotrices pierden plata desde hace años, no es por eso sino por insistir en fabricar utilitarios deportivos que el público no quiere comprar.

En principio, GM y la UAW se pusieron de acuerdo para constituir una “asociación voluntaria de beneficios laborales” (VEBA es la sigla en inglés), que le permitiría a la firma descargar de libros ese tipo de obligaciones. A cambio, GM aportaría inicialmente 60% del monto necesario para iniciar el programa. Hasta ahora, no hay señales de que UAW esté dispuesta a tanto.

Hasta el monto, los gremialistas sólo aceptarían la virtual congelación salarial. Vale decir, la suspensión del ajuste por costo de vida. Algo similar desencadenó en GM un paro de 67 días en 1970. Ahora, eso podría repetirse, pero debido a la propuesta sobre gastos médicos y las malas relaciones de Richard Wagoner con los gremialistas. Para ratificar un nuevo convenio, se precisa una mayoría simple de los 73.000 miembros de la UAW empleados en GM.

La segunda automotriz mundial también propondrá a United Auto Workers (UAW) congelar aumentos por costo de vida. El convenio actual acaba de expirar (vienres 14) y, por el momento, se extiende día por día.

Algunos observadores y medios sindicales tienen sus sospechas. Al parecer, las versiones sobre transferencia de gastos médicos y fin del ajuste salarial por precios minoristas son formas de la firma para presionar con “pretensiones máximas” en las negociaciones paritarias.

Lo curioso es que estas condiciones leoninas sean claves para que la UAW le acepte a GM desembarazarse de obligaciones hacia los jubilados, que la firma estimaba en US$ 3,3 billones en efectivos durante 2006. A todas luces, una cifra imposible de creer. Tras pérdidas conjuntas por US$ 12.000 millones en ese ejercicio, también Ford y Chrysler también quieren reducir el gasto social.

Por supuesto, los analistas de mercado, empezando por los de bancos y firmas de Wall Street, apuestan a que el sindicato se haga cargo de la atención médica a personal en actividad y retiro. Pero sucede que, si las automotrices pierden plata desde hace años, no es por eso sino por insistir en fabricar utilitarios deportivos que el público no quiere comprar.

En principio, GM y la UAW se pusieron de acuerdo para constituir una “asociación voluntaria de beneficios laborales” (VEBA es la sigla en inglés), que le permitiría a la firma descargar de libros ese tipo de obligaciones. A cambio, GM aportaría inicialmente 60% del monto necesario para iniciar el programa. Hasta ahora, no hay señales de que UAW esté dispuesta a tanto.

Hasta el monto, los gremialistas sólo aceptarían la virtual congelación salarial. Vale decir, la suspensión del ajuste por costo de vida. Algo similar desencadenó en GM un paro de 67 días en 1970. Ahora, eso podría repetirse, pero debido a la propuesta sobre gastos médicos y las malas relaciones de Richard Wagoner con los gremialistas. Para ratificar un nuevo convenio, se precisa una mayoría simple de los 73.000 miembros de la UAW empleados en GM.

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