En este fin de año en rojo furioso, económicamente hablando, son pocos los anuncios de inversiones significativas: todos están, para decirlo de otra manera, a la espera. Soldado que huye sirve para otra guerra…
Hay, claro, excepciones. Es el caso de Gire, la empresa detrás de la todopoderosa Rapipago, que con los pies en la arena de las vacaciones decidió ir por todo y reinvertir $25 millones de su propio dinero –y no de sus accionistas principales, los bancos Santander, Citi y HSBC- para hacerse de Fiserv, una empresa con presencia en el país desde hace varios años y que se dedica a la digitalización de cheques.
Ni lentos ni perezosos
Aprovechar la oportunidad; tener reflejos rápidos. Quizás esa sea la particularidad de Gustavo Gómez, CEO de Gire, y el cerebro detrás de la adquisición justo en un momento en el que Fiserv decidía irse del país. “Entiendo que la decisión de la empresa fue irse de la mayoría de los mercados emergentes, no solo de Argentina. En EE.UU el cheque es como el efectivo y decidieron focalizarse allá, su mercado natural. La incapacidad para girar divisas al exterior, de seguir poniendo dinero para inversiones y el hecho de que el Argentino es un mercado chico no ayudaron…”, explicó Gómez en una rueda de prensa.
La idea detrás de la digitalización de cheques es que las empresas se hagan de un scanner y puedan pasar por ese mecanismos los cheques, que se endosan en el momento. El cliente de Gire, finalmente, no es la multinacional que se hace del scanner en comodato sino los bancos que pretenden mejorar la experiencia de usuario de sus clientes que todavía usan cheques.
¿Por qué todavía? Porque, a pesar de que el volumen de cheques se mantiene constante, la mayoría de las transacciones bancarias tienden a ser reemplazadas por su formato electrónico. Pero, como explica Gómez, el cheque tiene chances de sobrevivir unos cuantos años más, especialmente si se logra la tan postergada inclusión financiera. “El tema del cheque versus el efectivo se resuelve en una economía formal”.