El litigio, interpuesto ante el tribunal federal de distrito para Michigan, afirma que GM y las fiduciarias de sus planes de retiro pasaron por alto los severos aprietos financieros de la propia empresa. Al hacerlo, administraron en forma imprudente dos fondos jubilatorios. Ello ocasionó a sus aportantes (o sea, empleados en calidad de inversores) enormes pérdidas.
En el veredicto, que permite la prosecución de la causa, la juez Nancy Edmunds sostiene que GM tenía obligación de ofrecer a los demandantes datos completos y precisos sobre el estado real de sus finanzas. En lo substancial, la demanda plantea que la automotriz no estuvo a la altura de sus responsabilidades en dos fondos, orientados a personal pagado por hora. Ambos tenían en cartera una alta proporción de acciones GM.
“Mientras los analistas ya recomendaban vender esos papeles y la deuda de la empresa pasaba a categoría chatarra, el comité fiduciario se negaba a defender los interese de los aportantes”, señala Steve Berman, coordinador de los litigios. “Permancieron inmóviles en tanto las acciones se se venían abajo, licuando los ahorros de futuros jubilados”, agrega el letrado.
El litigio, interpuesto ante el tribunal federal de distrito para Michigan, afirma que GM y las fiduciarias de sus planes de retiro pasaron por alto los severos aprietos financieros de la propia empresa. Al hacerlo, administraron en forma imprudente dos fondos jubilatorios. Ello ocasionó a sus aportantes (o sea, empleados en calidad de inversores) enormes pérdidas.
En el veredicto, que permite la prosecución de la causa, la juez Nancy Edmunds sostiene que GM tenía obligación de ofrecer a los demandantes datos completos y precisos sobre el estado real de sus finanzas. En lo substancial, la demanda plantea que la automotriz no estuvo a la altura de sus responsabilidades en dos fondos, orientados a personal pagado por hora. Ambos tenían en cartera una alta proporción de acciones GM.
“Mientras los analistas ya recomendaban vender esos papeles y la deuda de la empresa pasaba a categoría chatarra, el comité fiduciario se negaba a defender los interese de los aportantes”, señala Steve Berman, coordinador de los litigios. “Permancieron inmóviles en tanto las acciones se se venían abajo, licuando los ahorros de futuros jubilados”, agrega el letrado.