<p>Se pone cada día más confuso el culebrón alrededor de Opel-Vauxhall. Este martes fracasó una reunión urgente entre representantes de la nueva General Motors y el gobierno de Berlín. Ninguna de las partes espera soluciones rápidas, o sea antes de los comicios generales programados para el 27 de septiembre.<br />
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Por de pronto, el nuevo encuentro era de bajo perfil. La compañía envió sólo a un vicepresidente, John Smith, y los alemanes a un asesor de Karl-Theodor zu Guttenberg, ministro federal de economía. Los dos gobiernos provinciales involucrados no mandaron a nadie.<br />
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Smith comentó luego que a GM “la sorprende tanta insistencia de Berlín a favor del grupo austrorrusocanadinense Magna Gaz Sberbank. Varios legisladores germanos comparten esa postura y desconfían de una oferta asociada a Olyeg Dyeripaska, operador financiero de Vladyímir Putin. En cuanto a la posibilidad de que GM se quede con Opel-Vauxhall. ni siquiera Klaus Franz, jefe de sindicato que representa las cuatro plantas alemanas, la estima factible.<br />
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Algo menos accidentado es el divorcio entre la ex Chrysler y Daimler, que retiene 19,9% del paquete original. Pero problemas hay. Por ejemplo, ahora la firma de Detroit acusa a la germana de no entregarle partes para modelos como Grand Cherokee, Dodge Charger/Challeger y autos de 300 cm3 destinados al mercado europeo. Los norteamericanos exigen una indemnización de € 55 millones, olvidado tal vez que esas camionetas traganafta están pasando a la historia.</p>
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General Motors congela la venta de Opel-Vauxhall
Otra fumata negra para Magna Gaz Sberbank y, parece, el rompimiento con el gobierno alemán en vísperas electorales. Mientras, se traba el divorcio consensual entre la ex Chrysler y Daimler, que tiene 19,9% del paquete.