<p>James E. Lentz III, presidente de Toyota Motor Sales U.S.A., intentó asegurar a los legisladores, y por extensión a los consumidores estadounidenses, que las reparaciones que los concesionarios habían comenzado eran la solución correcta y sostuvo que las computadoras en los automóviles no fueron el problema. <br />
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“Estamos seguros de que el sistema electrónico de control del acelerador no tuvo nada que ver”, afirmó Lentz ante la comisión. Sin embargo, la compañía identificó problemas con las alfombras y el pedal del acelerador como las causas de la repentina y no intencional aceleración de los vehículos. <br />
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Su declaración estuvo evidentemente dirigida a acusaciones de líderes demócratas en la comisión quienes acusaron a Toyota de confiar en un estudio defectuoso para descartar la idea de problemas de computación y de hacer declaraciones confusas sobre las reparaciones. <br />
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Lentz se disculpó también por la forma en que Toyota manejó la crisis y presentó el informe que le había requerido la comisión. <br />
Y agregó: “El problema se agravó por malas comunicaciones dentro de nuestra compañía y con los reguladores y consumidores”.</p>
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Funcionario de Toyota declara sobre las causas del problema
Un alto ejecutivo de Toyota dijo esta mañana ante una comisión de la casa de representantes que a la empresa le llevó demasiado tiempo entender el extraño pero muy serio conjunto de problemas de seguridad.