Este lunes, antes de la apertura en Nueva York, todo pendía de la suerte bursátil tras el rechazo a la oferta hostil de Microsoft. El asunto desvelaba y seguira desvelando a accionistas, directivos y ejecutivos. Desde el domingo, a la sazón, la compañía estudiaba opciones, ya retirada la propuesta de US$ 33 por título.
El viernes, eso representaba unos US$ 47.300 millones. Pero la capitalización al lunes (US$ 24,25, tras caer 15%) mostraba una brecha imposible de cubrir. Ni siquiera la oferta de febrero (US$ 31 por papel) resulta ahora factible, para no hablar de los US$ 37 que pretendía Yang. En suma, lo que parecía un fracaso para Steve Balklmer (Microsoft) ha sido trasnformado en hábil movda por la reacción de Wall Street contra Yahoo.
Ahora, inclusive queda en tela de juicio el ensayo de alianza con el rival, Google, mucho mayor que Yahoo. Por otra parte, dos grupos de accionistas proyectas levantarse contra Yang y su directorio en la próxima asamblea general. Este fin de semana, este sector sugería renegociar con Ballmer pidiendo US$ 34 por títulos, considerando que una fusión con Microsoft era mejor alternativa estratégica.
Aferrado al personalismo de Yang, el directorio en pleno respaldó el rechazo. Pero, el lunes, ya cundía el descontento en niveles técnicos y gerenciales de la empresa, cuya suerte de pronto es incierta. Antes de abrirse las cotizaciones, alguno operadores temían que se desplomasen por debajo de US$ 25 la acción. Llegaron a US$ 22,95 y remontaron apenas, a 24,25%. El viernes tocaban US$ 28,27.
Lo gracioso del asunto es que, hasta este desbarranque, Yahoo sostenía que ambas ofertas de Microsoft (U$S 31, 33) “subestimaban groseramente el valor de la compañía”. Todo se dio vuelta y, hoy, Ballmer podría darse el lujo de quedarse con la presa por menos de US$ 25 la acción. La otra opción es inquietante y se llama Google.
Hace poco, ambas firmas hicieron un ensayo de dos semanas, durante las cuales Google colocó en su sistema una pequeña parte de publicidad de Yahoo en Estados Unidos. Calificada de exitosa por las dos firmas, demostró que Yahoo puede aumentar ingresos entre 50 y 70% tercerizando avisos por Google.
Pero Yang no llegó a ese ensayo sin contradicciones. Tiempo antes dela primera oferta de Microsoft, Yahoo gastó millones armando su propio sistema publicitario (Panamá). Justamente, en la carta a Yang, Ballmer esgrime los mismos argumentos de Yahoo para calificar de mala idea la alianza con Google. A su criterio, “socavará la propia estrategia de Yahoo, echará avisadores en brazos del buscador rival y, contrariamente al esquema Panamá. Fragmentará el ecosistema publicitario propio”.
Hasta hace una semana, Yahoo seguía discutiendo con Time Warner una fusión con AmericaOnLine, a cambio de 20% del paquete Yahoo. Pero los avisos viene declinando en el portal AOL y la compañía ha atravesado una larga serie de adquisiciones de pequeñas agencia publicitarias en línea y aún debe integrarlas.
Volviendo a Wall Street, Yang tiene una salida tras el derrumbe: recomprar acciones. Al 31 de marzo, la empresa disponía de liquidez por US$ 2.300 millones. Pero, entretanto, se avecina una ola de demandas judiciales. Además, el potentado Eric Jackson organiza un grupo de accionistas (representan dos millones de títulos) para echar a Yang y su directorio en la próxima asamblea general.
Este lunes, antes de la apertura en Nueva York, todo pendía de la suerte bursátil tras el rechazo a la oferta hostil de Microsoft. El asunto desvelaba y seguira desvelando a accionistas, directivos y ejecutivos. Desde el domingo, a la sazón, la compañía estudiaba opciones, ya retirada la propuesta de US$ 33 por título.
El viernes, eso representaba unos US$ 47.300 millones. Pero la capitalización al lunes (US$ 24,25, tras caer 15%) mostraba una brecha imposible de cubrir. Ni siquiera la oferta de febrero (US$ 31 por papel) resulta ahora factible, para no hablar de los US$ 37 que pretendía Yang. En suma, lo que parecía un fracaso para Steve Balklmer (Microsoft) ha sido trasnformado en hábil movda por la reacción de Wall Street contra Yahoo.
Ahora, inclusive queda en tela de juicio el ensayo de alianza con el rival, Google, mucho mayor que Yahoo. Por otra parte, dos grupos de accionistas proyectas levantarse contra Yang y su directorio en la próxima asamblea general. Este fin de semana, este sector sugería renegociar con Ballmer pidiendo US$ 34 por títulos, considerando que una fusión con Microsoft era mejor alternativa estratégica.
Aferrado al personalismo de Yang, el directorio en pleno respaldó el rechazo. Pero, el lunes, ya cundía el descontento en niveles técnicos y gerenciales de la empresa, cuya suerte de pronto es incierta. Antes de abrirse las cotizaciones, alguno operadores temían que se desplomasen por debajo de US$ 25 la acción. Llegaron a US$ 22,95 y remontaron apenas, a 24,25%. El viernes tocaban US$ 28,27.
Lo gracioso del asunto es que, hasta este desbarranque, Yahoo sostenía que ambas ofertas de Microsoft (U$S 31, 33) “subestimaban groseramente el valor de la compañía”. Todo se dio vuelta y, hoy, Ballmer podría darse el lujo de quedarse con la presa por menos de US$ 25 la acción. La otra opción es inquietante y se llama Google.
Hace poco, ambas firmas hicieron un ensayo de dos semanas, durante las cuales Google colocó en su sistema una pequeña parte de publicidad de Yahoo en Estados Unidos. Calificada de exitosa por las dos firmas, demostró que Yahoo puede aumentar ingresos entre 50 y 70% tercerizando avisos por Google.
Pero Yang no llegó a ese ensayo sin contradicciones. Tiempo antes dela primera oferta de Microsoft, Yahoo gastó millones armando su propio sistema publicitario (Panamá). Justamente, en la carta a Yang, Ballmer esgrime los mismos argumentos de Yahoo para calificar de mala idea la alianza con Google. A su criterio, “socavará la propia estrategia de Yahoo, echará avisadores en brazos del buscador rival y, contrariamente al esquema Panamá. Fragmentará el ecosistema publicitario propio”.
Hasta hace una semana, Yahoo seguía discutiendo con Time Warner una fusión con AmericaOnLine, a cambio de 20% del paquete Yahoo. Pero los avisos viene declinando en el portal AOL y la compañía ha atravesado una larga serie de adquisiciones de pequeñas agencia publicitarias en línea y aún debe integrarlas.
Volviendo a Wall Street, Yang tiene una salida tras el derrumbe: recomprar acciones. Al 31 de marzo, la empresa disponía de liquidez por US$ 2.300 millones. Pero, entretanto, se avecina una ola de demandas judiciales. Además, el potentado Eric Jackson organiza un grupo de accionistas (representan dos millones de títulos) para echar a Yang y su directorio en la próxima asamblea general.