domingo, 24 de noviembre de 2024

Farmoquímicas: tienen demasiada plata y no saben qué comprar

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Agobiada por exceso de fondos y problemas para llenar huecos en su gama de especialidades, la industria no descarta fusiones y adquisiciones. Esta posibilidad inquietó en el debate público realizado la semana anterior en Washington.

Líderes como Pfizer, Merck, Eli Lilly o GlaxoSmithKline estudian cómo seguir los pasos de Roche y Sanofi en materia de compras institucionales. Los objetivos lógicos serían empresas de menor giro, pero con drogas, compuestos o terapias de avanzada y alta demanda en sus segmentos.

En ese plano, hay opciones que también incluyen laboratorios medianos. Verbigracia, Wyeth, Bristol-Myers Squibb o ImClone Systems, en Estados Unidos. En Gran Bretaña, AstraZeneca puede caer en manos de GSK, debido a problemas legales y la baja en capitalización bursátil. El gigante vende tres veces más que AZ.

Más en tren de fusiones o alianzas, algunos expertos especulan con una entre Merck y Schering-Plough, que ya distribuyen en forma conjunta dos especialidades contra el colesterol. Como se puntualizó en los paneles del hotel Hilton, Washington mismo parece inducir casamientos, pues este año ya permite repatriar utilidades de operaciones en el exterior pagando apenas 5,25% de gravamen, en vez del 35% usual. Esto elevará la liquidez de las multinacionales con sede en EE.UU.

Ocurre que estas sumas no podrán aplicarse a recompra de acciones o incremento de dividendos. Pero el departamento de Hacienda ha dado a entender que podría autorizar fusiones o adquisiciones que involucren activos en el país. Las empresas esperan una aclaratorio oficial para este mismo trimestre.

La mayor compañía mundial del género, Pfizer (vendió en 2004 por US$ 52.500 millones), acumulará una caja próxima a los 38.000 millones, o sea más que Microsoft tras su reciente reparto de dividendos. Merck, pese al golpe sufrido al retirar de venta Vioxx, dispondrá de US$ 29.000 millones en efectivo, aunque aún se ignore cuánto repatriará.

Las claves de las decisiones son dos. Una: los recientes escándalos y la crisis en la Food & Drug Administration pueden tonar muy cauto al gobierno cuando se trate de autorizar F&A. Otra: habrá varios grande jugadores tras un número no muy nutrido de candidatos, si se trata de la vanguardia tecnológica. Amén de ImClone Systems, la lista abarca Allergan, Millennium, Mylan, Cephalon, Hexal (alemán) y no muchos más. Por otra parte, varios analistas subrayan una curiosos circunstancia: en el mundo, las grandes farmoquímicas son productos de tres generaciones de F& en un lapso relativamente breve: no más de veinte años.

Líderes como Pfizer, Merck, Eli Lilly o GlaxoSmithKline estudian cómo seguir los pasos de Roche y Sanofi en materia de compras institucionales. Los objetivos lógicos serían empresas de menor giro, pero con drogas, compuestos o terapias de avanzada y alta demanda en sus segmentos.

En ese plano, hay opciones que también incluyen laboratorios medianos. Verbigracia, Wyeth, Bristol-Myers Squibb o ImClone Systems, en Estados Unidos. En Gran Bretaña, AstraZeneca puede caer en manos de GSK, debido a problemas legales y la baja en capitalización bursátil. El gigante vende tres veces más que AZ.

Más en tren de fusiones o alianzas, algunos expertos especulan con una entre Merck y Schering-Plough, que ya distribuyen en forma conjunta dos especialidades contra el colesterol. Como se puntualizó en los paneles del hotel Hilton, Washington mismo parece inducir casamientos, pues este año ya permite repatriar utilidades de operaciones en el exterior pagando apenas 5,25% de gravamen, en vez del 35% usual. Esto elevará la liquidez de las multinacionales con sede en EE.UU.

Ocurre que estas sumas no podrán aplicarse a recompra de acciones o incremento de dividendos. Pero el departamento de Hacienda ha dado a entender que podría autorizar fusiones o adquisiciones que involucren activos en el país. Las empresas esperan una aclaratorio oficial para este mismo trimestre.

La mayor compañía mundial del género, Pfizer (vendió en 2004 por US$ 52.500 millones), acumulará una caja próxima a los 38.000 millones, o sea más que Microsoft tras su reciente reparto de dividendos. Merck, pese al golpe sufrido al retirar de venta Vioxx, dispondrá de US$ 29.000 millones en efectivo, aunque aún se ignore cuánto repatriará.

Las claves de las decisiones son dos. Una: los recientes escándalos y la crisis en la Food & Drug Administration pueden tonar muy cauto al gobierno cuando se trate de autorizar F&A. Otra: habrá varios grande jugadores tras un número no muy nutrido de candidatos, si se trata de la vanguardia tecnológica. Amén de ImClone Systems, la lista abarca Allergan, Millennium, Mylan, Cephalon, Hexal (alemán) y no muchos más. Por otra parte, varios analistas subrayan una curiosos circunstancia: en el mundo, las grandes farmoquímicas son productos de tres generaciones de F& en un lapso relativamente breve: no más de veinte años.

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