Fue Donald Trump quien puso el concepto de moda. Se refería a las falsas noticias originadas en el mundo de la política. Pero ahora los lamentos vienen del campo empresarial.
Puede parecer una travesura. Pero no hay que tomarlo a la ligera. El tweet atribuido a la cadena Starbucks por la que ésta, supuestamente ofrecía un frappuccino a todo inmigrante indocumentado, tuvo un crecimiento imparable en todas las redes sociales. La empresa dijo enseguida que era falso. Pero ya el alud era imposible de parar.
Esta técnica de las fake news, sirve para comprobar que las empresas deben estar preparadas para la emergencia, dedicar importantes recursos a la prevención, monitorear con cuidado las redes sociales, y entrenarse para un nuevo tipo de crisis.
La motivación de un falso twittero puede originarse en razones políticas. Pero ahora se percibe, con cada vez mayor intensidad, que el objetivo es generar algún ingreso (de tipo publicitario por ejemplo) o simplemente, ser el foco de la atención por un momento.
También ha quedado en claro el inmenso poder destructivos de las redes sociales para dañar la reputación de una marca o de una empresa. Hace poco, Snopes, que se dedica a chequear noticias, hizo una recopilación de 50 noticias falsas de este tenor. Afectaban entre ellas a empresas como Ulta (una cadena de belleza), Xbox (juegos para adolescentes) y a la cadena Costco, de logística.
En suma, un mecanismo tóxico que daña a las empresas desde la perspectiva financiera, para empeza, y peor aún, destruyendo reputación, creando una atmósfera de confusión donde la gente no sabe que pensar.
Tanto Google como Facebook tratan de incorporar herramientas que eliminen o reduzcan este riesgo, con pocos resultados hasta ahora.