martes, 30 de diciembre de 2025

Especial Seguros: Un mundo de posibilidades (para quienes se animen)

El sector asegurador atraviesa una transformación profunda. Las compañías enfrentan un escenario en el que la digitalización acelerada, la aparición de nuevos riesgos y las expectativas cambiantes de las personas las obligan a reinventarse. Como suele suceder, estos retos abren un abanico de posibilidades a quienes se atrevan a innovar. A todo esto, en Argentina se suma una variable extra: la baja penetración aseguradora y la escasa cultura de prevención.
Innovar en productos, delivery y modelos de negocio, mientras se educa a un público que históricamente ha visto al seguro como un gasto prescindible, conforma buena parte de la agenda de un sector que tiene mucho por construir.

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Por Carina Martínez

Hace ya algunos años que el sector de seguros dejó de ser -o representar- compañías rígidas, “tradicionales”, que se mantenían año a año sin grandes cambios. El mundo veloz, cambiante, volátil y que enfrenta innumerables desafíos, con tendencias que se multiplican, movió sus estructuras como nunca antes. Hoy, el panorama es absolutamente diferente al de hace solo una década.
“El mercado asegurador argentino atraviesa un proceso de transformación, impulsado por el contexto económico, la incorporación de nuevas tecnologías y los cambios en los hábitos de consumo de las nuevas generaciones”, sostiene Ezequiel Fanelli, director de Estrategia de La Caja, quien identifica en esto una gran oportunidad para innovar, ser más ágiles y fortalecer el vínculo con los clientes.
Esta capacidad de adaptación es central y, en el pasado reciente,  el sector ha demostrado buena reacción ante eventos críticos, como el temporal en Bahía Blanca, que demandó resarcimientos millonarios. “El sistema asegurador argentino ha demostrado una notable capacidad de resiliencia en un contexto de alta volatilidad económica y climática”, afirma Diego Guaita, CEO de Grupo San Cristóbal, quien señala el desembolso de más de US$ 15 millones para asistir a familias y empresas afectadas como “una muestra concreta de la fortaleza financiera y la capacidad de respuesta”.

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La digitalización que todo lo cambia

Como podríamos suponer, los directivos consultados en el marco de este informe coinciden en que la transformación digital dejó de ser una opción para convertirse en una condición necesaria para la supervivencia. Y, claro está, una llave para nuevos negocios. Pero no se trata solo de automatizar procesos o crear apps. La verdadera disrupción está en replantear el modelo de negocios completo; desde la comercialización hasta la gestión de siniestros, la evaluación de riesgos, el pricing, hasta el diseño de productos y la relación con el cliente. Como nativas digitales, las insurtech operan en gran parte como impulsoras.
“Observamos una fuerte evolución en el comportamiento del consumidor, que exige soluciones ágiles, personalizadas y con valor agregado. En este contexto, las insurtech juegan un rol clave como catalizadoras de innovación, y la inteligencia artificial comienza a ser parte de la operación y el diseño de productos”, analiza Gerónimo Fresco, CEO de Galicia Seguros.
De esta manera, las compañías están incorporando analítica avanzada, inteligencia artificial y dispositivos IoT para comprender mejor los comportamientos de riesgo. Un ejemplo concreto es “Seguro Conectado”, un producto que lanzó La Caja a comienzos de año, de la mano de Toyota Argentina, con tecnología integrada a los nuevos modelos de Hilux, Corolla Cross, Corolla y SW4. Mediante tecnología disponible en los vehículos, esta solución monitorea hábitos de conducción y otorga beneficios en la cuota según el scoring obtenido. Esta capacidad de personalización y respuesta en tiempo real marca una diferencia sustancial respecto al modelo tradicional.
De todas maneras, en Argentina persisten brechas importantes. A la bajísima cultura aseguradora, se suma que el país aún está lejos de las tendencias consolidadas en otros mercados, como la integración masiva de seguros embebidos en plataformas digitales, el uso de datos abiertos para personalización de coberturas y la regulación proactiva de riesgos tecnológicos, como detalla Gerónimo Fresco, CEO de Galicia Seguros. “La interoperabilidad entre actores del ecosistema asegurador y financiero es otro cambio estructural pendiente que podría acelerar la innovación y mejorar la experiencia del cliente”, reflexiona el ejecutivo.

De la reacción a la prevención

Quizás el cambio más significativo que propone la tecnología sea el paso de un modelo reactivo -centrado en la indemnización o pago resarcitorio- hacia uno predictivo, enfocado en la prevención. En este sentido, las aseguradoras están invirtiendo en herramientas que permiten monitorear comportamientos, anticipar eventos y generar alertas tempranas. En el segmento automotor, la telemetría permite identificar riesgos y ofrecer recomendaciones personalizadas. En salud, las aplicaciones de bienestar fomentan hábitos saludables antes de que se conviertan en siniestros. “La tecnología está redefiniendo el rol tradicional del seguro, permitiendo que el sector evolucione de un modelo reactivo hacia uno proactivo, enfocado en la prevención y la gestión activa del riesgo”, explica Martín Agostino, director de Negocios y Clientes de Mapfre. Este enfoque preventivo no solo mejora la experiencia del cliente, sino que contribuye a la sostenibilidad del negocio al reducir la siniestralidad. Las compañías que logren integrar la prevención como parte esencial de su propuesta de valor tendrán una ventaja competitiva significativa.

Riesgos emergentes

La digitalización de la economía trae aparejados nuevos riesgos que demandan respuestas innovadoras. El seguro para eventos de hackeo o ciberdelito es el ejemplo más evidente. Pero también, las aseguradoras más proactivas ya están diseñando soluciones para responsabilidad por uso de inteligencia artificial, protección de trabajadores en la economía gig y cobertura de activos digitales. “Estamos explorando activamente estos nuevos riesgos”, confirma Fresco, de Galicia Seguros,  quien destaca la importancia de “anticiparse, construir capacidades internas y estar preparados para responder con rapidez cuando el mercado lo demande”.
Herramientas como el Cyber Risk Analyzer, de Aon, que permite tomar decisiones basadas en datos para mitigar el riesgo cibernético, empiezan a estar disponibles en el mercado local. La clave será la velocidad de adopción y la capacidad de educar a los clientes sobre riesgos que aún no perciben como propios.

El clima como variable

Los eventos climáticos extremos representan otro frente crítico. “Las inundaciones en Argentina durante 2025 provocaron pérdidas económicas estimadas en US$ 380 millones y 16 víctimas fatales”, según indicaron desde Aon. La inteligencia artificial y los modelos predictivos permiten ahora analizar con mayor precisión la frecuencia e intensidad de fenómenos climáticos, facilitando el recálculo de tarifas y coberturas según la exposición real. En este sentido, los seguros paramétricos -que pagan automáticamente cuando se cumplen ciertos parámetros, como niveles de lluvia o temperatura- tienen un potencial enorme en Argentina, aunque factores regulatorios y estructurales mantienen estos modelos en una etapa incipiente, tal como indica Martín Agostino, director de Negocios y Clientes de Mapfre.
Por otra parte, la transición energética abre oportunidades tanto en términos de productos como de impacto social. El sector asegurador puede actuar no solo como mitigador de riesgos, sino como acelerador de cambios hacia un modelo de desarrollo más responsable. “A escala local, estamos atravesando un momento de disrupción único. El ingreso de la movilidad eléctrica traerá aparejados cambios en la cadena de suministros, normativas y nuevas exigencias en atención y asistencia. El rol del seguro será central como dinamizador de toda esta cadena de valor”, proyecta Ezequiel Fanelli, director de Estrategia de La Caja.
Las compañías están adaptando coberturas y servicios a los nuevos modelos de movilidad, desarrollando soluciones específicas para vehículos eléctricos e híbridos.

Nuevos canales

Los seguros embebidos -coberturas integradas directamente en productos o servicios que las personas adquieren- continúan en expansión global. Esta tendencia ayuda a impulsar la cultura aseguradora y extiende el alcance a personas que habitualmente no accedían al seguro. En este recorrido, las alianzas estratégicas con fintech, retailers y canales no tradicionales están ganando terreno. “El futuro del mercado argentino estará marcado por la digitalización y la convergencia entre tecnología y asesoramiento humano”, sostiene Guaita, de Grupo San Cristóbal, quien enfatiza que “la clave será la omnicanalidad: integrar herramientas digitales que brinden autonomía y eficiencia, sin perder la relación personal que caracteriza al sector”.

Desafíos estructurales

Pero no todo es optimismo tecnológico. La baja interoperabilidad entre actores del sistema, la limitada educación financiera y la resistencia cultural al cambio dentro de las organizaciones siguen siendo obstáculos a tener en cuenta. De acuerdo a Maximiliano Bona, Head de Argentina de Aon, las condiciones macroeconómicas del país, la inestabilidad y volatilidad del mercado local, y razones de índole histórico-cultural explican en buena medida la baja penetración aseguradora. Entre otros factores, como el regulatorio, superar estas barreras requiere colaboración público-privada, apertura al diálogo con reguladores y una visión compartida sobre el rol del seguro como motor de desarrollo económico, tal como considera Gerónimo Fresco, CEO de Galicia Seguros.
En el nuevo escenario del sector asegurador, las plataformas digitales, la analítica de datos y la inteligencia artificial no son ventajas competitivas sino requisitos básicos para mantenerse en carrera. La eficiencia operativa es solo una parte de la ecuación; lo que está en juego es una reconversión profunda del modelo; desde qué se ofrece, hasta cómo se vende y de qué manera se sostiene la relación con el asegurado.
En este proceso, las compañías deberán lograr equilibrios; incorporar tecnología sin perder el trato personal, predecir riesgos sin abandonar la contención cuando ocurre el siniestro. En la Argentina, un mercado en el que la penetración del seguro sigue siendo notoriamente baja, el reto se multiplica, porque incluye concientizar a las personas de que protegerse no es un gasto sino una inversión. 

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