Por Leandro Cazorla (*)
Desde la alta rotación y la búsqueda constante de talentos hasta la necesidad de adaptarnos a sus nuevas demandas, sin ignorar que la actualidad económica y la presión salarial añaden una capa adicional de complejidad a nuestro día a día.
Existe un fuerte vínculo entre la alta rotación y el compromiso de los empleados. De acuerdo con la Guía Salarial de Adecco Argentina, el promedio de rotación en las empresas es de un 8%. Si los trabajadores están aburridos, desconectados de la empresa, y no se preocupan por su trabajo, es muy posible que estén motivados para ir en busca de otras experiencias y desafíos. Por ello es importante que la cultura organizacional contemple qué le ofrece al empleado, ya que lógicamente pueden irse si se les presenta una mejor compensación o paquete de beneficios, algo cada vez más valorado.
La ausencia de beneficios laborales puede impulsar a los trabajadores a renunciar. Es bueno verlo así: cualquier organización que ofrezca beneficios atractivos puede ser recompensada con empleados más leales.
La retención vs la exigencia de presencialidad
Actualmente, retener a los mejores talentos implica priorizar los beneficios adicionales y las oportunidades de crecimiento profesional. Los colaboradores valoran aspectos como el ambiente laboral, las relaciones interpersonales, las perspectivas de desarrollo y el respaldo emocional proporcionado por las empresas. Los programas de capacitación y formación que fomentan el progreso profesional también son alternativas que funcionan como mecanismos de atracción y son altamente apreciados por los trabajadores.
No hay que abandonar los programas de fidelización, a veces incluso, a medida, desde capacitaciones de perfeccionamiento en idiomas, la cobertura de gastos de esparcimiento, supermercado, guardería, movilidad, bienestar y salud.
Las empresas necesitan del talento y deben cuidarlo porque no solo es escaso sino también porque la reingeniería que genera una nueva contratación en un equipo no siempre es sencilla.
En este sentido, no se puede pasar por alto el “tire y afloje” presente en el mercado cuando hablamos de la modalidad de trabajo. Desde Adecco, este año realizamos encuestas sobre transporte y presencialidad a escala nacional. Mientras que en 2023 casi un 34% de los trabajadores afirmó trasladarse a la oficina para trabajar cinco días a la semana, en 2024 cerca del 70% lo hace. Nuestra Guía Salarial 2024 reafirma estos resultados, indicando un 66% de presencialidad y solo un 32% de hibridez, versus el año anterior, cuando se registró un 51% de presencialidad y un 45% de esquemas híbridos de trabajo.
Estamos observando que los líderes de las empresas están volviendo, o como mínimo impulsando, los esquemas 100% presenciales. En los casos en que se mantiene la hibridez, la mayoría está priorizando la presencialidad con esquemas 4×1, aunque hay algunos pocos que trabajan con un 3×2.
Ahora bien, eso es exactamente lo contrario de lo que buscan los candidatos. Antes, en una entrevista se preguntaba por el salario y ahora una de las primeras preguntas tiene que ver con la presencialidad. En la encuesta de este año, un 63% afirmó que cuando busca trabajo la posibilidad de trabajar de manera híbrida incide en su decisión. El dato que se destaca aún más es que seis de cada 10 trabajadores considerarían cambiar de empleo en el caso de que se estableciera la presencialidad total, teniendo en cuenta a quienes trabajan bajo modalidad híbrida.
Entonces, vale la pena detenernos un momento y cuestionarnos por qué estamos yendo al revés de lo que buscan nuestros candidatos. Y es muy importante en este punto recordar que la tendencia actual en el país va en dirección contraria a lo que es efectivo para la productividad, de acuerdo con lo que evidencian las tendencias mundiales.
El mundo cambió, el mercado laboral también y la forma en la que nos adaptemos a las nuevas necesidades de los candidatos determinarán nuestro futuro, el de las compañías y también el del trabajo.
(*) CEO de Adecco Argentina