jueves, 18 de diciembre de 2025

Entre la modernización, la regulación y la confianza

En el contexto actual del sistema bancario argentino, los principales cuellos de botella tecnológicos surgen de una combinación de factores. Sin embargo, la persistencia de los sistemas legacy continúa siendo el más crítico, seguida por la escasez de talento especializado y la velocidad regulatoria para autorizar innovaciones.

spot_img

Por Fernando Garabato (*)

La modernización tecnológica no se limita a renovar infraestructura; implica repensar la forma de operar, revisar el apetito de riesgo y alinear la innovación con los objetivos de negocio. Los sistemas heredados -que durante décadas sostuvieron las operaciones- hoy restringen la adopción de analítica avanzada, automatización e integración con APIs abiertas, pilares esenciales para el desarrollo del open finance y las finanzas embebidas.

Superar esta brecha exige inversiones planificadas, estrategias efectivas de atracción de talento digital y marcos de gobernanza que habiliten la innovación con seguridad. En este sentido, las Comunicaciones “A” 7724 (tercerización tecnológica) y “A” 8249 (resiliencia operacional) del BCRA representan hitos hacia una arquitectura financiera más moderna y resiliente.

Publicidad

A ello se suma la escasez de profesionales especializados en áreas críticas como ciberseguridad, ciencia de datos y arquitectura de software, que ralentiza los procesos de modernización. Aunque la regulación muestra avances, todavía no logra acompañar el ritmo del ecosistema fintech ni las demandas de un mercado financiero cada vez más digital.

 

Open finance y la era de la inteligencia artificial

La convergencia entre inteligencia artificial (IA) y open finance redefine la dinámica del negocio financiero. Las entidades que consigan capitalizar sus datos para desarrollar modelos predictivos, scoring crediticio dinámico o experiencias híper personalizadas podrán diferenciarse en un mercado donde el cliente ya no busca un banco, sino soluciones ágiles y confiables.

Pero junto con la oportunidad emergen nuevos riesgos, como sesgos algorítmicos, ciberataques más sofisticados y dilemas éticos en la toma de decisiones automatizadas. El regulador ya comenzó a observar estos temas con atención, promoviendo una agenda de “IA responsable” inspirada en directrices internacionales como DORA -Ley de Resiliencia Operativa Digital, de la Unión Europea-.

Desde BDO sostenemos que la ventaja competitiva surgirá de integrar la innovación con una gobernanza tecnológica sólida. Incorporar prácticas de human-in-the-loop, auditorías de modelos y trazabilidad algorítmica no solo asegura cumplimiento normativo, sino que también fortalece la confianza y la reputación, dos activos que definen el valor a largo plazo.

El nuevo equilibrio entre bancos y fintech

El auge de las fintech y las billeteras digitales cambió el centro de gravedad del sistema financiero. Plataformas como Mercado Pago, Ualá o Pomelo capturaron millones de usuarios y establecieron nuevos estándares de simplicidad y experiencia.

Frente a ello, los bancos tradicionales pasaron de competir a co-crear. Iniciativas como Modo o los acuerdos con empresas tecnológicas reflejan la tendencia hacia ecosistemas colaborativos, en los que las fronteras entre banca, tecnología y consumo se vuelven cada vez más difusas.

No obstante, esta evolución plantea nuevos desafíos: ¿cómo se distribuye la rentabilidad en cadenas de valor compartidas? ¿Qué responsabilidades asume cada actor ante incidentes o filtraciones de datos? Resolverlo exigirá modelos de gestión conjunta del riesgo y una regulación que fomente la innovación sin comprometer la estabilidad del sistema.

Regulación, resiliencia y sostenibilidad

En un escenario de alta volatilidad macroeconómica e inflación persistente, el Banco Central y la CNV avanzan con prudencia hacia un esquema de open finance gradual y controlado, priorizando la seguridad sistémica antes que la apertura total.

A escala internacional, marcos como DORA y los lineamientos ASG (ambiente, sociedad y gobernanza) impulsan a las entidades a reforzar su resiliencia operacional y su ciberseguridad. En este entorno, la capacidad de anticipar impactos regulatorios se vuelve una competencia estratégica e integrar compliance, innovación y gestión de riesgos en una misma hoja de ruta será clave.

Desde BDO advertimos que los próximos meses serán determinantes. La estandarización de APIs, los modelos de consentimiento de clientes y la supervisión de algoritmos marcarán la agenda. Las instituciones que se preparen hoy estarán mejor posicionadas para capturar valor cuando el marco regulatorio se consolide.

 

El nuevo ADN de la banca

El futuro del negocio financiero se definirá por la capacidad de transformar datos en decisiones. La inteligencia artificial será clave para gestionar créditos, detectar fraudes, analizar riesgos climáticos y mejorar la eficiencia operativa.

En paralelo, las finanzas sostenibles y los criterios ASG comienzan a influir en los modelos crediticios y en la asignación de capital. Algunas entidades locales ya desarrollan pruebas de estrés climático y productos vinculados a la transición energética, lo cual anticipa una tendencia que será estructural.

La combinación entre tecnología, sostenibilidad y regulación inteligente marcará el nuevo ADN de la banca argentina. Las entidades que logren integrar estos tres vectores consolidarán su competitividad y su capacidad para atraer inversión.

El sector enfrenta una coyuntura desafiante, pero también la oportunidad inédita de convertir la transformación tecnológica en una ventaja estratégica. En un contexto en el que los datos y la confianza serán los nuevos activos del sistema, la agilidad estratégica marcará la diferencia entre adaptarse y liderar.

(*) Socio de Deal Advisory e Industria Financiera, BDO en Argentina

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

CONTENIDO RELACIONADO