Según la asociación norteamericana de bancos hipotecarios (MBA), el ritmo de morosos sujetos a demanda judicial era 0,58% con ajuste estacional. Esto implica uno de cada doscientos créditos otorgados y 4,84% más que en el cuarto trimestre de 2006, o sea un récord. En cuanto a aquel ritmo, trepó diecisiete puntos básicos en el primer trimestre de 2007.
El segundo guarismo trasunta el cese liso y llano de pagos, por lo cual incluye una masa de hipotecas de baja calidad. Vale decir “subprime”, eufemismo por usurarias, palabra tabú en este tipo de negocios predatorios. Las estadísticas de la MBA abarcan propiedades residenciales de uno a cuatro ambientes.
En lo tocante a retrasos, tampoco hay un panorama muy positivo. La cifra ajustada por estacionalidad cede 11% en relación con octubre-diciembre, pero queda 43% por encina de enero-marzo de 2006. Hay una explicación que la entidad privada elude: poco a poco, los retrasos se convierten en ceses de pagos y ejecuciones.
“La tasa de incumplimientos es impulsada por la situación en ciertos estados. Si no fuese por Ohio, Michigan a Indiana –señala la MBA-, la proporción de créditos ejecutados quedaría bajo el promedio del decenio 1997-2006”. Justamente, Ohio hace punta en acciones genéricas contra prestamistas predatorios y tasadores deshonestos. De ahí que su fiscal general no sea popular en el sector inmobiliario.
En lo tocante a ejecuciones, ese mismo promedio se fue al diablo por una ola de acciones iniciadas en California, Florida, Nevada y Arizona. En poco convincente intento de salvar la cara, la MBA sostiene que “se trata de circunstancias especiales y esos siete estados no reflejan la realidad nacional”. Pero California, verbigracia, representa el mayor producto bruto del país y el quinto del mundo.
Por otra parte, el nivel de incumplimientos difundido por la organización no incluye créditos en proceso previo a la ejecución, es decir incobrables. Los préstamos en ejecución igualmente significaban a marzo 1,28% de los créditos pendientes. Esto es, nueve puntos básicos sobre diciembre y treinta sobre marzo de 2006.
Según la asociación norteamericana de bancos hipotecarios (MBA), el ritmo de morosos sujetos a demanda judicial era 0,58% con ajuste estacional. Esto implica uno de cada doscientos créditos otorgados y 4,84% más que en el cuarto trimestre de 2006, o sea un récord. En cuanto a aquel ritmo, trepó diecisiete puntos básicos en el primer trimestre de 2007.
El segundo guarismo trasunta el cese liso y llano de pagos, por lo cual incluye una masa de hipotecas de baja calidad. Vale decir “subprime”, eufemismo por usurarias, palabra tabú en este tipo de negocios predatorios. Las estadísticas de la MBA abarcan propiedades residenciales de uno a cuatro ambientes.
En lo tocante a retrasos, tampoco hay un panorama muy positivo. La cifra ajustada por estacionalidad cede 11% en relación con octubre-diciembre, pero queda 43% por encina de enero-marzo de 2006. Hay una explicación que la entidad privada elude: poco a poco, los retrasos se convierten en ceses de pagos y ejecuciones.
“La tasa de incumplimientos es impulsada por la situación en ciertos estados. Si no fuese por Ohio, Michigan a Indiana –señala la MBA-, la proporción de créditos ejecutados quedaría bajo el promedio del decenio 1997-2006”. Justamente, Ohio hace punta en acciones genéricas contra prestamistas predatorios y tasadores deshonestos. De ahí que su fiscal general no sea popular en el sector inmobiliario.
En lo tocante a ejecuciones, ese mismo promedio se fue al diablo por una ola de acciones iniciadas en California, Florida, Nevada y Arizona. En poco convincente intento de salvar la cara, la MBA sostiene que “se trata de circunstancias especiales y esos siete estados no reflejan la realidad nacional”. Pero California, verbigracia, representa el mayor producto bruto del país y el quinto del mundo.
Por otra parte, el nivel de incumplimientos difundido por la organización no incluye créditos en proceso previo a la ejecución, es decir incobrables. Los préstamos en ejecución igualmente significaban a marzo 1,28% de los créditos pendientes. Esto es, nueve puntos básicos sobre diciembre y treinta sobre marzo de 2006.
