Las aseguradoras calculan que esta pandemia va a ser uno de los acontecimientos más costosos en la historia de su negocio. Podría llegar a costarles US$ 200.000 millones en pagos de pólizas.
Pero hay miles de negocios que todavía no han podido presentar sus reclamos. Por eso ahora que se están levantando las cuarentenas en todo el mundo, las compañías de seguros esperan un alud de reclamos.
Aunque ya había seguros contra pandemia, muchas empresas pensaron que el riesgo de un brote era remoto y fueron pocas las que se aseguraron contra eso. Ahora la industria recibe ataques de todas partes: no solo de clientes furiosos sino también de políticos que dicen que deberían hacer más esfuerzos para ayudar a las empresas a atravesar esta crisis.
Pero antes de que el drama actual haya concluido, la industria cree que es urgente estudiar cómo hacer para afrontar la próxima pandemia. Hay muchos que creen que eso podría ocurrir en los próximos seis meses si llega una segunda ola de Covid-19 que obligue a retornar a las cuarentenas nacionales.
Ley de Seguro de Riesgo de Pandemia
La Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de EE.UU., que supervisa y hace recomendaciones sobre la legislación relacionada con los servicios financieros, incluido el seguro, solicitó la aprobación de una Ley de Seguro de Riesgo de Pandemia (PRIA).
El proyecto propone brindar reaseguro para cubrir las pérdidas del negocio por futuros brotes pandémicos. Inspirándose en la experiencia adquirida con la Ley de Seguro contra el Riesgo de Terrorismo (TRIA), la comisión propone instar al gobierno a buscar la mejor manera de brindar apoyo al sector asegurador contra el riesgo de pandemia.
La presidenta del comité, la congresista Maxine Waters (demócrata, California), explicó la idea que inspira la propuesta: “Las circunstancias que enfrentamos no tienen precedentes y requerirán enfoques creativos. La respuesta no debe incluir la desregulación financiera; los reguladores no deben revertir las salvaguardas implementadas para proteger el sistema financiero y la economía.
Existen numerosos esfuerzos legales para obligar a las aseguradoras a pagar reclamos por interrupción de negocios relacionados con la pandemia. Pero obligarlas a pagar no es la respuesta, dice Waters, porque el impacto en ellas y en quienes las proveen de capital de reaseguro puede ser enorme. Por lo tanto, cualquier esfuerzo para cumplir con los reclamos por interrupción del negocio provocada por pandemia debe incluir una contraparte para ayudar también al negocio del seguro.
La ley PRIA que proponen limitaría las pérdidas totales del sector seguros con disposiciones de reaseguro para respaldar los reclamos que superan un determinado nivel.
Además, la comisión pide que se obligue a las empresas cotizantes a revelar su exposición a los riesgos de pandemia y a las interrupciones en la cadena de suministro. Eso significa que las empresas tendrían que revelar los costos financieros que soportarían en caso de que se repita otro brote de coronavirus.
El proyecto crea un programa en el que la participación de la aseguradora es voluntaria. Las compañías aseguradoras que participan ofrecerían cobertura para la interrupción del negocio relacionada con la pandemia, o la cancelación de un evento, y serían reembolsadas por un apoyo federal que cubriría parte de sus pérdidas.
El consenso de la industria es que solo pueden funcionar soluciones nacionales; cualquier otra cosa complica demasiado la obtención de apoyo estatal. Sin embargo, hay aseguradoras que dicen que todo nuevo sistema para cubrir pandemias tiene que ser un esfuerzo multinacional para ser efectivo.
“Mientras la gente siga viajando la solución tiene que ser global”, dice Philippe Donnet, CEO de la aseguradora italiana Generali. “Si los países no actúan en conjunto, no vamos a ninguna parte”.
Hay países que ya tienen sistemas de seguros con apoyos del gobierno que cubren terrorismo y catástrofes naturales. Muchos se preguntan por qué esas políticas no se pueden extender a las pandemias. “Es muy importante que la gente comprenda lo que un negocio como el nuestro puede hacer con sus economías y lo que no puede”, dice Oliver Bäte, CEO de Allianz, una de las aseguradoras más grandes del mundo. El seguro, dice, funciona sobre el principio de la diversificación de los riesgos. “Si el gobierno cierra la economía por una pandemia y cierra millones de negocios no hay más diversificación, entonces no podemos cubrir eso”, dice Bäte.
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Cualquier esfuerzo para cumplir con los reclamos por interrupción del negocio provocada por pandemia debe incluir una contraparte para ayudar también al negocio del seguro.