Rusia era hasta hace poco el segundo exportador de fertilizantes a Estados Unidos, explica Rana Foroohar en su columna del Financial Times. Eso, sumado a la limitada oferta de los minerales relevantes, la gran demanda global, los precios de las materias primas agrícolas y la falta de competencia en la industria de los fertilizantes, está aplicando gran presión sobre los agricultores.
Según la opinión de quienes están en el negocio, parte del problema son los sobreprecios. Nutrien, por ejemplo, registró un aumento de 51% en el costo de insumos para la producción de nitrógeno (un fertilizante clave) een el tercer trimestre de 2021, mientras los márgenes brutos de manufactura crecieron más de 680% en el mismo periodo.
Para solucionar el problema hace falta un programa variado que incluya desde acciones antimonopólicas y ayuda a los pequeños agricultores hasta reducir la especulación financiera en commodities. También, dice Rana, “debería incluir una reconsideración de lo que comemos”. Un informe reciente de Naciones Unidas, que pide una agricultura más diversa, advierte que un tercio de los campos cultivados del mundo no serían aptos para la producción de alimentos para finales de este siglo debido al cambio climático que es, en sí mismo, causado por las fuertes emisiones de los métodos de cultivo de tierras de Big Food.