Para no quebrar, Aerolíneas Argentinas deberá recibir este año una inyección de capital de US$ 1.200 millones, según el plan de negocios que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) entregó el jueves pasado al gobierno argentino.
La Sepi es un organismo estatal español. Con una participación indirecta de 28,56% es el segundo accionista de la compañía pero el más importante, ya que, desde el 1 de febrero pasado, es, además, el operador.
El presidente de la Sepi, Pedro Ferreras, entregó el jueves último al ministro de Infraestructura y Vivienda, Nicolás Gallo, el plan de negocios para el rescate de Aerolíneas.
El programa propone capitalizar a la empresa por valor de US$ 1.200 millones hasta fin de año, como única vía para sobrevivir con un pasivo que actuamente ronda los US$ 800 millones y un déficit operativo mensual superior a US$ 20 millones.
Esos US$ 1.200 millones incluyen los US$ 498 millones que ya fueron aportados desde octubre del año pasado.
Por ser propietario de 5% de la compañía, al Estado argentino le correspondería aportar, en total, US$ 60 millones. Si pusiera menos, su participación se licuaría.
El problema principal es que el gobierno argentino está llevando adelante un exigente programa de reducción del gasto público, para poder cumplir las metas dispuestas por la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Según publicó esta mañana el diario La Nación, el gobierno español estaría dispuesto a aceptar que la Argentina tome un plazo de dos años para tributar efectivamente los US$ 60 millones.
El plan de la Sepi reclama también a la Argentina que tenga en cuenta los intereses de Aerolíneas a la hora de celebrar acuerdos con otros países, y que procure reducir costos tales como las tasas de aeropuerto y las que se pagan a la Fuerza Aérea.
Para la gestión de Aerolíneas, el programa contempla un ajuste de costos por US$ 140 millones para este año que deberá surgir de las compras y los gastos de distribución, ya que no prevé despidos masivos –aunque sí jubilaciones anticipadas y retiros voluntarios– ni cancelaciones de rutas.
Según La Nación, tras sindicatos de trabajadores aeronáuticos presentarían hoy, en conjunto, un plan alternativo para el rescate de Aerolíneas.
Para no quebrar, Aerolíneas Argentinas deberá recibir este año una inyección de capital de US$ 1.200 millones, según el plan de negocios que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) entregó el jueves pasado al gobierno argentino.
La Sepi es un organismo estatal español. Con una participación indirecta de 28,56% es el segundo accionista de la compañía pero el más importante, ya que, desde el 1 de febrero pasado, es, además, el operador.
El presidente de la Sepi, Pedro Ferreras, entregó el jueves último al ministro de Infraestructura y Vivienda, Nicolás Gallo, el plan de negocios para el rescate de Aerolíneas.
El programa propone capitalizar a la empresa por valor de US$ 1.200 millones hasta fin de año, como única vía para sobrevivir con un pasivo que actuamente ronda los US$ 800 millones y un déficit operativo mensual superior a US$ 20 millones.
Esos US$ 1.200 millones incluyen los US$ 498 millones que ya fueron aportados desde octubre del año pasado.
Por ser propietario de 5% de la compañía, al Estado argentino le correspondería aportar, en total, US$ 60 millones. Si pusiera menos, su participación se licuaría.
El problema principal es que el gobierno argentino está llevando adelante un exigente programa de reducción del gasto público, para poder cumplir las metas dispuestas por la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Según publicó esta mañana el diario La Nación, el gobierno español estaría dispuesto a aceptar que la Argentina tome un plazo de dos años para tributar efectivamente los US$ 60 millones.
El plan de la Sepi reclama también a la Argentina que tenga en cuenta los intereses de Aerolíneas a la hora de celebrar acuerdos con otros países, y que procure reducir costos tales como las tasas de aeropuerto y las que se pagan a la Fuerza Aérea.
Para la gestión de Aerolíneas, el programa contempla un ajuste de costos por US$ 140 millones para este año que deberá surgir de las compras y los gastos de distribución, ya que no prevé despidos masivos –aunque sí jubilaciones anticipadas y retiros voluntarios– ni cancelaciones de rutas.
Según La Nación, tras sindicatos de trabajadores aeronáuticos presentarían hoy, en conjunto, un plan alternativo para el rescate de Aerolíneas.