El corrector líquido no quedó obsoleto

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Aunque parezca un anacronismo, hay mucha gente que lo sigue usando.

Aunque las ventas de papel caigan, el mercado del líquido corrector – aquel que se usaba cuando la gente escribía en máquinas de escribir para borrar errores tipográficos y reescribir en el mismo lugar – ha resistido el paso del tiempo. Fue inventado por una secretaria que se las ingenió para convertir su arma secreta contra los errores de máquina en un negocio multimillonario que se resiste a desaparecer. Las ventas del fluido corrector se mantienen.

Las ventas de Wite-Out (una de las marcas más populares en Estados Unidos) crecieron 10% en 2017 después de caer 7% el año anterior.

¿Por qué?

 

Aunque la gente está comprando menos papel, los artículos de lujo en el sector papelería se venden muy bien y también las tarjetas de salutación, según la National Retail Foundation. También se mantiene viva la costumbre de enviar notas de agradecimiento escritas a mano. Es un gesto amable y elegante. Todo esto significa que hay muchas oportunidades para escribir algo a mano, cometer un error y usar el corrector para borrarlo.

 

Pero también hay algo de nostalgia en usarlo, y la nostalgia vende. Según dice David Graham en The Atlantic, la atracción de usar un corrector líquido tiene que ver con el acto físico de esconder un error, que es más gratificante que eliminarlo en la computadora.

 

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