Diez años después de que los grandes fabricantes de chocolate prometieran interrumpir la rezos deforestación de los bosques, el problema no solo no se redujo sino que se agravó.
Mars, la compañía que fabrica los M&M, Milky Way y otras marcas de consumo mundial, prometió en 2009 convertirse totalmente al cacao sustentable para combatir la deforestación, que es uno de los factores que contribuyen al cambio climático.
Pero tanto ella como las demás marcas fabricantes se encuentran muy lejos de aquella ambiciosa meta. En los últimos diez años la deforestación creció en –Africa occidental, zona productora de dos tercio sdel cacao mundial. Se calcula que la pérdida de selvas tropicales se aceleró el año pasado en Ghana y en Costa de Marfil más que en ninguna otra parte del mundo.
Eric Agnero, activista ambiental en Abidjan, la capital económica de Costa de Marfil, dice que “cada vez que mordemos una barrita de chocolate un árbol está siendo cortado”.
El ritmo de deforestación es alarmante en el mundo. En 2017. El equivalente a 40 estadios de fútbol se perdieron por minuto, algo acicteado no solo por la demanda de cacao sino también por el aceite de palma, soja, madera, carne y caucho. Así lo calcula el Global Fores Watch, una ONG que brinda herramientas para reunir datos sobre y medir las selas del mundo.
Los recientes incendios llevaron el interés hacia Brasil, pero África Occidental es otro lugar problemático. Costa de Marfil ha perdido 80% de sus selvas en los últimos 50 años. Y en Ghana los árboles cortados subren un área equivalente a Nueva Jersey, según el ministro de resursos naturales del país.