En noviembre 2019 el grupo de Louis Vuitton anunció que compraba la joyería norteamericana Tiffany por US$ 14.700 millones. Era la compra más grande en el mercado del lujo.
Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), el conglomerado del lujo controlado por Bernard Arnault, el hombre más rico de Francia, añadía a su colección de marcas una de las pocas joyas que le faltaban y que más tiempo llevaba persiguiendo: Tiffany.
Pero la adquisición de la icónica joyería no se ve tan segura. Bajar los términos o echarse atrás se vería feo. LVMH dice que por ahora no comprará las acciones de la casa en el mercado abierto. Esa era una forma en que podría haber bajado el precio de US$ 16.200 millones, pues las acciones se están cotizando por debajo del precio de compra.
Tiffany ya no brilla tanto como antes. Lal compañía dice que las protestas en Nueva York y Hong Kong le significaron 6 días de cierre de sus puertas y por consiguiente caída en las ventas. Las ventas suntuarias caerán 35% este año según estiman consultores de Bain y los analistas de Tiffany calculan que las ganancias de Tiffany sufrirán más o menos la misma caída.
Eso hace peligrar la oferta de LVMH, inicialmente muy generosa. Los abogados de ambas compañías redactaron en noviembre un acuerdo “prenupciall” . Tiene muchas cláusulas relativas a incumplimiento que pondrían muy alto el costo de echarse atrás.