jueves, 26 de diciembre de 2024

EE.UU.: mala imagen y ventas débiles en medicamentos

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Según una encuesta en octubre, sólo 9% de norteamericanos cree en la honestidad de las farmoquímicas. Un año antes, esa proporción alcanzaba 14%. En contraste, 34% del pública todavía confía en los bancos y 39% en los supermercados.

La opinión pública, en buena parte del mundo, ve en los productos farmacéuticos peligros impensables hasta no hace mucho. Por consiguiente, aseguradoras y gobiernos aprovechan para inducir en médicos y pacientes una vuelta a viejas drogas genéricas: son más baratas o menos riesgosas y surten efectos similares.

Sin embargo, las recetas no han dejado de incrementarse, bien que a ritmo más lento y con un perfil más favorable a genéricos. Vale decir, especialidades en plaza ya sin patentes exclusivas. Existe otro factor, preocupante para avisadores y medios: los consumidores ya no son tan receptivos al marketing sistemático e insistente.

“Mucha demanda creada por las compañías en el curso del tiempo lo ha sido vía promoción publicitaria. Pero, para que surta efecto, firmas y productos deben ser fiables”, señala Richard Evans, analista especializado de la consultoría Sanford C.Bernstein & Co., tan independiente como respetada. “Esa confianza está perdiéndose”, añade el experto.

Las farmoquímicas mayores afrontan un severo escrutinio público, como secuela de Vioxx y casos similares. Igualmente, los gigantes siguen siendo enormemente redituables. Pero en algunos –incluyendo Pfizer y Merck, primera y tercera en ingresos- aflojan ventas y ganancias. Esto lleva a suspensiones, despidos y, por vez primera en años, recortes de presupuestos para investigación y desarrollo (I&D).

Durante el tercer trimestre de 2005, la venta de medicamentos recetados en EE.UU. cedió 3% en Bristol-Myers Squibb, 4,5% en Johnson & Johnson, 2% en Merck y 1,5% en Pfizer. Los números no fueron peores porque el repunte del dólar contra el euro aún no llegaba a los niveles de octubre y noviembre. En lo tocante a reducciones laborales, las compañías son renuentes a dar cifras- Pero aun una firma como Eli Lilly, cuyas ventas subieron 5% en julio-septiembre, ha eliminado 1.600 empleos en cuanto va del año, o sea casi 4% de la fuerza laboral.

El horizonte es difíci. Hacia 2007, expirarán importante patentes de exclusividad. Entre ellas, Norvasc (medicamento de Pfizer para hipertensión vascular), Zocor (anticolesterólico de Merck) o Pravachol (igual, de B-MS) Juntoas las tres especialidades representan alrededor de US$ 10.000 millones anuales sólo en la América anglosajona.

Crisis, empero, no hay. Así, este año Pfizer habrá ganado US$ 8.000 millones, con ventas por un total de 51.000 millones e inversiones por 7.000 millones en I&D. Eso aunque este presupuesto haya bajado 6% sólo el III trimestre, respecto de un año antes. Pero el gigante estima que, en años subsiguiente, esa partida se estancará o cederá un tanto.

Sin duda, son y serán tiempo difíciles en áreas como artrosis, artritis reumática o diabetes. Wall Street lo sabe: ls acciones de Pfizer promedian noviembre casi en los pisos desde 1997 (US$ 22,43) y el índice de la industria ha caído 25% en cinco años. Al revés, los papeles biotecnológicos están por las nubes.

La opinión pública, en buena parte del mundo, ve en los productos farmacéuticos peligros impensables hasta no hace mucho. Por consiguiente, aseguradoras y gobiernos aprovechan para inducir en médicos y pacientes una vuelta a viejas drogas genéricas: son más baratas o menos riesgosas y surten efectos similares.

Sin embargo, las recetas no han dejado de incrementarse, bien que a ritmo más lento y con un perfil más favorable a genéricos. Vale decir, especialidades en plaza ya sin patentes exclusivas. Existe otro factor, preocupante para avisadores y medios: los consumidores ya no son tan receptivos al marketing sistemático e insistente.

“Mucha demanda creada por las compañías en el curso del tiempo lo ha sido vía promoción publicitaria. Pero, para que surta efecto, firmas y productos deben ser fiables”, señala Richard Evans, analista especializado de la consultoría Sanford C.Bernstein & Co., tan independiente como respetada. “Esa confianza está perdiéndose”, añade el experto.

Las farmoquímicas mayores afrontan un severo escrutinio público, como secuela de Vioxx y casos similares. Igualmente, los gigantes siguen siendo enormemente redituables. Pero en algunos –incluyendo Pfizer y Merck, primera y tercera en ingresos- aflojan ventas y ganancias. Esto lleva a suspensiones, despidos y, por vez primera en años, recortes de presupuestos para investigación y desarrollo (I&D).

Durante el tercer trimestre de 2005, la venta de medicamentos recetados en EE.UU. cedió 3% en Bristol-Myers Squibb, 4,5% en Johnson & Johnson, 2% en Merck y 1,5% en Pfizer. Los números no fueron peores porque el repunte del dólar contra el euro aún no llegaba a los niveles de octubre y noviembre. En lo tocante a reducciones laborales, las compañías son renuentes a dar cifras- Pero aun una firma como Eli Lilly, cuyas ventas subieron 5% en julio-septiembre, ha eliminado 1.600 empleos en cuanto va del año, o sea casi 4% de la fuerza laboral.

El horizonte es difíci. Hacia 2007, expirarán importante patentes de exclusividad. Entre ellas, Norvasc (medicamento de Pfizer para hipertensión vascular), Zocor (anticolesterólico de Merck) o Pravachol (igual, de B-MS) Juntoas las tres especialidades representan alrededor de US$ 10.000 millones anuales sólo en la América anglosajona.

Crisis, empero, no hay. Así, este año Pfizer habrá ganado US$ 8.000 millones, con ventas por un total de 51.000 millones e inversiones por 7.000 millones en I&D. Eso aunque este presupuesto haya bajado 6% sólo el III trimestre, respecto de un año antes. Pero el gigante estima que, en años subsiguiente, esa partida se estancará o cederá un tanto.

Sin duda, son y serán tiempo difíciles en áreas como artrosis, artritis reumática o diabetes. Wall Street lo sabe: ls acciones de Pfizer promedian noviembre casi en los pisos desde 1997 (US$ 22,43) y el índice de la industria ha caído 25% en cinco años. Al revés, los papeles biotecnológicos están por las nubes.

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