El viernes por la noche, las dos sociedades neoyorquinas notificaron que proyectan una propuesta en común por Chrysler Group (CG), la división que los alemanes quieren sacarse de encima. El matrimonio DC data de 1998 y nunca obtuvo los resultados que la entonces Daimler-Benz esperaba.
Técnicamente el lunes 2 debiera abrirse la fase de diligencias debidas, que durará no menos de un mes. Recién entonces cristalizará una oferta formal. Mientras tanto, las negociaciones son privadas, o sea secretas, pero, como es habitual en Detroit, medio mundo está ya enterado.
“En este punto, obviamente Daimler está resuelta a vender, pero subsiaten varios escollos”, señalaba el sábado un informe de Morningstar, una consultoría de Chicago. “Pero, sin duda, a los alemanes les cae bien tanto interés por parte de cuatro fondos dedicados a compras apalancadas”. Por el contrario, a United Auto Workers, el sindicato, no le hace gracia que una empresa acabe en manos de capitales especulativos que sólo buscan limpiarla, achicarla y revenderla al mejor postor. Tampoco la Casa Blanca y el congreso se ven felices.
Una venta de la tercera automotriz norteamericana y novena del mundo podría reprtesentar no más de US$ 6.000 millones, presume un análisis de Goldman Sachs –data de mediados de marzo- , si el comprador es un fondo. Al respecto, es curioso que uno de los proponentes, BG, esté en vías de ingresar a la bolsa, lo cual reducirá sus fuentes privadas de financiamiento.
La propuesta Blackstone-Centerbridge recién será definida a fines de abril. Entretanto, Magna y Cerberus contemplan posibilidades de hacer ofertas separadas. Hasta no hace mucho, iban a presentarse en conjunto pero Cerberus desistió porque Magna –una proveedora de autopartes- quería mayor control de la eventual sociedad.
Por supuesto, una venta jubilará a los dos grandes perdedores: Dieter Zetsche, presidente ejecutivo de DC, y Tommaso LaSorda, director de Chrysler. Ya estaban golpeados por las pérdidas por US$ 1.500 millones sufridas por CG. Por ende, la asamblea ordinaria de accionistas (miércoles 4) quizá sea borrascosa.
El viernes por la noche, las dos sociedades neoyorquinas notificaron que proyectan una propuesta en común por Chrysler Group (CG), la división que los alemanes quieren sacarse de encima. El matrimonio DC data de 1998 y nunca obtuvo los resultados que la entonces Daimler-Benz esperaba.
Técnicamente el lunes 2 debiera abrirse la fase de diligencias debidas, que durará no menos de un mes. Recién entonces cristalizará una oferta formal. Mientras tanto, las negociaciones son privadas, o sea secretas, pero, como es habitual en Detroit, medio mundo está ya enterado.
“En este punto, obviamente Daimler está resuelta a vender, pero subsiaten varios escollos”, señalaba el sábado un informe de Morningstar, una consultoría de Chicago. “Pero, sin duda, a los alemanes les cae bien tanto interés por parte de cuatro fondos dedicados a compras apalancadas”. Por el contrario, a United Auto Workers, el sindicato, no le hace gracia que una empresa acabe en manos de capitales especulativos que sólo buscan limpiarla, achicarla y revenderla al mejor postor. Tampoco la Casa Blanca y el congreso se ven felices.
Una venta de la tercera automotriz norteamericana y novena del mundo podría reprtesentar no más de US$ 6.000 millones, presume un análisis de Goldman Sachs –data de mediados de marzo- , si el comprador es un fondo. Al respecto, es curioso que uno de los proponentes, BG, esté en vías de ingresar a la bolsa, lo cual reducirá sus fuentes privadas de financiamiento.
La propuesta Blackstone-Centerbridge recién será definida a fines de abril. Entretanto, Magna y Cerberus contemplan posibilidades de hacer ofertas separadas. Hasta no hace mucho, iban a presentarse en conjunto pero Cerberus desistió porque Magna –una proveedora de autopartes- quería mayor control de la eventual sociedad.
Por supuesto, una venta jubilará a los dos grandes perdedores: Dieter Zetsche, presidente ejecutivo de DC, y Tommaso LaSorda, director de Chrysler. Ya estaban golpeados por las pérdidas por US$ 1.500 millones sufridas por CG. Por ende, la asamblea ordinaria de accionistas (miércoles 4) quizá sea borrascosa.