miércoles, 25 de diciembre de 2024

Digitalizar la producción es lo que viene tras la pandemia

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La migración a canales electrónicos para la compra de insumos, que no obedeció sólo a la pandemia, implica encarar el crecimiento de la digitalización de la producción cuando disminuya el impacto del COVID-19.

Desde hace ya muchos años hemos estado planteando que una de las razones clave del estancamiento de la productividad de las economías latinoamericanas es la baja digitalización de la producción[i].

Como hemos documentado, la contribución de la productividad total de los factores de capital, trabajo y materias primas, denominada productividad multifactorial, al crecimiento económico de la región para los últimos catorce años ha sido negativa (-0,48%).

En este contexto, la digitalización de la producción tiene un impacto significativo en la productividad: de acuerdo con modelos econométricos que desarrollamos para la Unión Internacional de Telecomunicaciones, un aumento del índice de digitalización de un país de 1% resulta en un incremento de 0,26% en el PIB, y de 0,23% en la productividad multifactorial.

Es por ello que, el aceleramiento en el desarrollo de la digitalización, tanto en términos de infraestructura digital como en el crecimiento de industrias digitales y la correspondiente digitalización de la producción, representa la palanca fundamental para el aumento de la productividad multifactorial y el correspondiente cerramiento de la brecha que separa a América latina de las economías avanzadas.

Es en este contexto que la región se encuentra afectada por la irrupción del COVID-19.

En su última actualización, la CEPAL proyecta una contracción de -9.1% del PIB latinoamericano, con una tasa de pérdida de puestos de trabajo aún mayor. Es por ello que la digitalización de la producción continúa siendo un factor preeminente para permitir a la región aumentar su resiliencia económica y reencauzar su crecimiento.

Sobrellevar la crisis

Las primeras observaciones anecdóticas indican que las empresas latinoamericanas han encarado la digitalización de procesos como única manera de sobrellevar la crisis.

Partiendo de una desventaja importante en términos de digitalización de las cadenas de suministro (tan solo 44% de las empresas latinoamericanas adquiere insumos en línea), el impacto en la resiliencia económica de incrementar el aprovisionamiento mediante canales B2B es significativo.

Una migración creciente a canales electrónicos para la compra de insumos representa no solo una manera de sobrellevar los efectos de la pandemia, sino también de encarar el crecimiento de la digitalización de la producción cuando el impacto del COVID-19 comience a disminuir.

El desafío no es uniforme para todos los sectores económicos. Como es de esperar, aquellas empresas que han “nacido” digitales tienen menos dificultad para encarar la digitalización de procesos.

Asimismo, ciertos sectores como lo son la salud y la logística, han tenido que encarar su transformación digital como única manera de sobrevivir.

Los grandes desafíos residen, por ejemplo, en el sector manufacturero y la construcción, entre otros, donde una tasa de digitalización de procesos lenta está directamente asociada con la probabilidad de supervivencia.

Es así como la digitalización de procesos productivos no es solo una manera de mitigar la disrupción de COVID-19, sino de construir un futuro de crecimiento económico.

(*) Director de Estudios de Estrategia Empresaria en el Columbia Institute for Tele-Information de la Universidad de Columbia (EE.UU.)

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