Tras el efímero auge de ventas en junio-agosto, debido a incentivos por demás exagerados (las empresas percibían realmente la mitad de los precios de lista), se inició la cascada. En septiembre, Ford Motor declaró 20% menos de ventas que un año antes. En octubre, el margen se estiró a 23%, respecto de noviembre de 2004.
Entretanto, también en octubre, General Motors vendió 26% menos que doce meses antes (en septiembre, el margen era –22%). Mucho menos castigada, porque no abusó de incentivos, DaimlerChrysler retrocedíó apenas 2,8% en octubre y 7,6% en septiembre. Por supuesto, la situación contable de GM y Ford no permite esperar otra tanda de estímulos al comprador eventual, aunque la nafta –el otro factor negativo- no suba o hasta baje este invierno boreal.
Mientras tanto, la porción de mercado local (Estados Unidos-Canadá) del trío líder cedió de 56,8% en noviembre anterior a 52,4% en octubre último. Gran parte de la diferencia la absorbieron vehículos japoneses y surcoreanos, cuya parte de la plaza norteamericana avanzó de 35,9 a 40% en igual lapso. Eso pese a menores ventas, en octubre, de Nissan, Hyundai y Kia.
Afectada como el resto por la decadencia de utilitarios deportivos, Toyota no obstante vendió 1,4% más en octubre y casi deja a Ford en tercer lugar también dentro de EE.UU. En realidad, ninguna de las marcas sectoriales estuvo a la altura de los pronósticos especializados, lo cual demuestra que- a veces- quienes los formulan confían demasiado en los prenseros empresarios.
La categoría utilitarios deportivos es claro ejemplo de que la industria insiste en fabricar vehículos que el público ya no quiere. Eso es síntoma de envejecimiento en los elencos superiores y de marketing inadecuado. Aun así, Toyota y Nissan retrocedieron 23 a 25% en la franja, mientras el trío se desbarrancaba 50%. Siempre, respecto de un año antes.
Por supuesto, estas cifran exacerban los problemas financieros de General Motors (su deuda está en categoría chatarra, la SEC la investiga) y Ford. La primera proyecta vender su rentable división financiera, en tanto circulan rumores de que Toyota intentaría comprar toda GM.
Ese tipo de especulaciones recobró empuje este martes. Abandonando una extraña pasividad, la calificadora Moody’s pasó de Ba2 a B1 el nivel de GM. Eso significa que, ahora, las dos principales agencias han puesto los bonos de la firma en categoría chatarra.
Tras el efímero auge de ventas en junio-agosto, debido a incentivos por demás exagerados (las empresas percibían realmente la mitad de los precios de lista), se inició la cascada. En septiembre, Ford Motor declaró 20% menos de ventas que un año antes. En octubre, el margen se estiró a 23%, respecto de noviembre de 2004.
Entretanto, también en octubre, General Motors vendió 26% menos que doce meses antes (en septiembre, el margen era –22%). Mucho menos castigada, porque no abusó de incentivos, DaimlerChrysler retrocedíó apenas 2,8% en octubre y 7,6% en septiembre. Por supuesto, la situación contable de GM y Ford no permite esperar otra tanda de estímulos al comprador eventual, aunque la nafta –el otro factor negativo- no suba o hasta baje este invierno boreal.
Mientras tanto, la porción de mercado local (Estados Unidos-Canadá) del trío líder cedió de 56,8% en noviembre anterior a 52,4% en octubre último. Gran parte de la diferencia la absorbieron vehículos japoneses y surcoreanos, cuya parte de la plaza norteamericana avanzó de 35,9 a 40% en igual lapso. Eso pese a menores ventas, en octubre, de Nissan, Hyundai y Kia.
Afectada como el resto por la decadencia de utilitarios deportivos, Toyota no obstante vendió 1,4% más en octubre y casi deja a Ford en tercer lugar también dentro de EE.UU. En realidad, ninguna de las marcas sectoriales estuvo a la altura de los pronósticos especializados, lo cual demuestra que- a veces- quienes los formulan confían demasiado en los prenseros empresarios.
La categoría utilitarios deportivos es claro ejemplo de que la industria insiste en fabricar vehículos que el público ya no quiere. Eso es síntoma de envejecimiento en los elencos superiores y de marketing inadecuado. Aun así, Toyota y Nissan retrocedieron 23 a 25% en la franja, mientras el trío se desbarrancaba 50%. Siempre, respecto de un año antes.
Por supuesto, estas cifran exacerban los problemas financieros de General Motors (su deuda está en categoría chatarra, la SEC la investiga) y Ford. La primera proyecta vender su rentable división financiera, en tanto circulan rumores de que Toyota intentaría comprar toda GM.
Ese tipo de especulaciones recobró empuje este martes. Abandonando una extraña pasividad, la calificadora Moody’s pasó de Ba2 a B1 el nivel de GM. Eso significa que, ahora, las dos principales agencias han puesto los bonos de la firma en categoría chatarra.