Según la empresa, su comité auditor “detectó un número de errores contables, pruebas de inconducta y deficiencias en contralores financieros”. Casi nada. El grupo había estado examinando varios problemas. Anteriormente, la compañía aludió a ingresos devengados, reservas y otras rubros de balances.
En una declaración emitida el jueves, no por casualidad mientras cerraba Wall Street, Dell informó que también trabajaban auditores independientes. Su fina es determinar si será preciso revisar estados financieros hacia atrás. En tanto las acciones llegaron a ceder 8% en algunos momentos, los portavoces habituales se marchaban rumbo a sus “happy hour”.
La sociedad tiene la mala costumbre de entregar escasa información a accionistas e intermediarios bursátiles. Por ejemplo, no pone en claro si las “inconductas” implican delitos o transgresión de pautas éticas. Al presente, afronta investigaciones de la Securities & exchange commission (SEC, comisión de valores) y el fiscal federal de Nueva York sur (Manhattan).
Thomas Luce, un abogado tejano que preside el comité auditor, dio a entender que las investigaciones están concluyéndose. El hecho de que Dell no intente definir loa alcances de la revisión contable hace suponer que, a su criterio, los montos involucrados no son grandes. Sin embargo, se ha demorado la elevación a la SEC del informe sobre el ejercicio contables que cerró el 31 de enero… porque las investigaciones todavía no acaban. Estos atrasos abarcan ya tres trimestres seguidos.
La contabilidad de Dell es opaca desde hace tiempo. James Schneider, ex director financiero, debió marcharse a principios, a raíz de las investigaciones federales. Lo reemplazó Donald Carty, de American Airlines y miembro del directorio desde 1992. Más tarde, Kevin Rollins debió renunciar como director ejecutivo y el fundador, Michael Dell, retomó el cargo. Para entonces, la compañía era un nido de avispas. Otrora líder en computadoras personales, sus ventas aumentaban menos que las de sus rivales.
A partir de enero, Dell ha tratado de proponer objetivos que hagan olvidar los malos momentos y otras malas noticias. Dio vuelta el management superior y se dedicó a China, uno de los mercados más dinámicos del mundo, donde no iguala la penetración de la local Lenovo ni la de Hewlett-Packard.
Las complicaciones contables, entretanto, perjudican al personal. La empresa quizá deba suspender contribuciones al fondo constituido según el articulo 401 (k) de la ley de pensiones. En otra palabras, dejar de aportan a la jubilación de los empleados. Eso explica las caras que ser ven en la compañía y el culto de la “happy hour”.
Según la empresa, su comité auditor “detectó un número de errores contables, pruebas de inconducta y deficiencias en contralores financieros”. Casi nada. El grupo había estado examinando varios problemas. Anteriormente, la compañía aludió a ingresos devengados, reservas y otras rubros de balances.
En una declaración emitida el jueves, no por casualidad mientras cerraba Wall Street, Dell informó que también trabajaban auditores independientes. Su fina es determinar si será preciso revisar estados financieros hacia atrás. En tanto las acciones llegaron a ceder 8% en algunos momentos, los portavoces habituales se marchaban rumbo a sus “happy hour”.
La sociedad tiene la mala costumbre de entregar escasa información a accionistas e intermediarios bursátiles. Por ejemplo, no pone en claro si las “inconductas” implican delitos o transgresión de pautas éticas. Al presente, afronta investigaciones de la Securities & exchange commission (SEC, comisión de valores) y el fiscal federal de Nueva York sur (Manhattan).
Thomas Luce, un abogado tejano que preside el comité auditor, dio a entender que las investigaciones están concluyéndose. El hecho de que Dell no intente definir loa alcances de la revisión contable hace suponer que, a su criterio, los montos involucrados no son grandes. Sin embargo, se ha demorado la elevación a la SEC del informe sobre el ejercicio contables que cerró el 31 de enero… porque las investigaciones todavía no acaban. Estos atrasos abarcan ya tres trimestres seguidos.
La contabilidad de Dell es opaca desde hace tiempo. James Schneider, ex director financiero, debió marcharse a principios, a raíz de las investigaciones federales. Lo reemplazó Donald Carty, de American Airlines y miembro del directorio desde 1992. Más tarde, Kevin Rollins debió renunciar como director ejecutivo y el fundador, Michael Dell, retomó el cargo. Para entonces, la compañía era un nido de avispas. Otrora líder en computadoras personales, sus ventas aumentaban menos que las de sus rivales.
A partir de enero, Dell ha tratado de proponer objetivos que hagan olvidar los malos momentos y otras malas noticias. Dio vuelta el management superior y se dedicó a China, uno de los mercados más dinámicos del mundo, donde no iguala la penetración de la local Lenovo ni la de Hewlett-Packard.
Las complicaciones contables, entretanto, perjudican al personal. La empresa quizá deba suspender contribuciones al fondo constituido según el articulo 401 (k) de la ley de pensiones. En otra palabras, dejar de aportan a la jubilación de los empleados. Eso explica las caras que ser ven en la compañía y el culto de la “happy hour”.