Este inusual estructura de compra le permite a Michael Dell lograr una audaz compra y retener al mismo tiempo el control de VMware, que seguirá siendo una empresa que cotiza en bolsa. Dell dice que piensa financiar esta operación mediante una combinación de capital perteneciente al CEO Michael Dell y el fondo privado Silver Lake, financiamiento y emisión de deuda.
Esta operación se lleva a cabo en medio de una ola de consolidaciones entre las viejas compañías tecnológicas que se ven obligadas a afrontar las duras realidades de un negocio maduro con dificultades para crecer. Los distintos acuerdos que se están realizando en el sector están llegando a su nivel más alto desde la burbuja tecnológica de los 90: US$ 370.000 millones. Los ayuda el financiamiento barato y los mercados de capitales que miran esta consolidación con buenos ojos.
Michael Dell privatizó su propia compañía hace dos años y desde entonces viene diciendo que la mantendrá privada. Esto fue lo que complicó la transacción con EMC, presionada por uno de sus accionistas más activos, el fondo (buitre) Elliott Management. EMC obtuvo una cotización separada para su activo más valioso, Vmware, en 2007 pero todavía es dueña de 80% de la compañía
El acuerdo estipula que EMC tiene un plazo de hasta 60 días para buscar una oferta mejor. Esta cláusula tiene por objeto prevenir una posible confrontación pública con Elliott Management, el inversor activista con gran poder de presión. Si encuentran una oferta mejor, la operación queda sin efecto.
Las ofertas alternativas podrían provenir de Microsoft y Cisco.