En 2018 apareció en Silicon Valley la palabra “techlash” una nuevo léxico para representar la revolución entre consumidores y reguladores contra las grandes empresas tecnológicas.
Hoy esa amenaza parece haber sido vaciada de contenido. Si bien los reguladores siguen planeando nuevas reglas y los activistas siguen protestando sobre el derecho a la privacidad, las acciones de las cinco firmas tecnológicas más grandes de Estados Unidos han crecido hasta el disparate de 52% en los últimos 12 meses.
El aumento en el valor combinado de las firmas, de casi US$ 2 billones, es difícil de concebir; es aproximadamente equivalente a todo el mercado de valores de Alemania. Cuatro de las cinco —Alphabet, Amazon, Apple y Microsoft— ahora valen cada una más de US$ 1 billón (un millón de millones de dólares) (Facebook vale apenas US$ 620.000 millones.).
Entonces, a pesar de todo el ruido que generan los ataques a las tecnológicas, los administradores de fondos hacen caso omiso y avanzan. El cálculo que hacen es que nada puede detener a esas firmas, que están destinadas a ganar riquezas inconcebibles.
Este aumento en el valor de las acciones de las tecnológicas generan dos preocupaciones. Una es si los inversores no estarán atizando una burbuja especulativa. Las cinco firmas, representan casi la quinta parte del valor del índice S&P de acciones estadounidenses. La última vez que el mercado estuvo tan concentrado fue hace 20 años, antes del crac que generó una crisis generalizada.
La otra preocupación es que los inversores tengan razón. Esa extraordinaria valuación de las firmas tecnológicas sugiere que sus ganancias se duplicarán en la próxima década generando temblores económicos mucho mayores en los países ricos y generando más concentración económica y poder político.
Los consumidores dicen que se preocupan por la privacidad pero actúan como si les preocupara mucho más obtener cosas y si fuera posible sin pagar en efectivo. Desde finales de 2018 el número de personas que usó servicios de Facebook (Instagram, Messenger y WhatsApp) creció 11%. Los reguladores han castigado a las firmas tecnológicas por inconducta en cuanto a impuestos, privacidad y competencia, pero hasta ahora los esfuerzos han sido como llevar una cerbatana a un tiroteo: las multas y los castigos impuestos suman menos de 1% del valor de mercado de las cinco grandes, un costo tolerable en cualquier negocio.