domingo, 24 de noviembre de 2024

DaimlerChrysler: todos quieren revisar números

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Desde la renuncia de Jürgen Schrempp, hace año y medio, no se había visto tanto interés en las acciones del conglomerado. Ello pese a que Nissan-Renault prefiere no entrar en liza por Chrysler Group.

Pero no está claro si la atención se limita a DC o se centra en la separación entre Daimler-Benz y Chrysler. Automotrices de varios países, fondos de capital privado –lo menos que precisa el sector- y bancas de inversión se atropellan en pos de datos. El martes, los títulos de DaimlerChrysler subieron por sexta rueda seguida (3,8% en la oportunidad), mientras la compañía insistía en que “todas las opciones siguen abiertas”. No era tan así.

La perspectiva de que Dieter Zetsche deje sin efecto el casamiento de 1998 (producto de Schrempp) entusiasma fundamentalmente a accionistas e inversores alemanes. Este grupo posee la mayor participación en el paquete DC y, a criterio de varios expertos, ven una oportunidad de que se limpie la empresa matriz, o sea Daimler-Benz.

Hasta el momento, la clave parece residir en negociaciones con General Motors, que datan de hace dos meses y giran en torno de Chrysler Group Ahora, el “Detroit news” sostiene que los presidentes ejecutivos y directores financieros de ambas compañías están por llegar a un compromiso básico. JP Morgan Chase está preparando un prospecto para hacer circular entre interesados potenciales y banqueros. Otras entidades pujan por ser eventuales asesores.

Varios analistas barajan las posibilidades de Peugeot-Citroën, Volkswagen y otras firmas. En general, son las que han estado ausentes del mercado norteamericano –un tercio del mundial- en más de quince años. Si bien Chrysler ya no es una marca líder, puede ser la llave para ingresar a esa plaza. Chinos e indios también podrían interesarse.

En otra ala aparecen fondos expertos en compras apalancadas. Uno de ellos, Cerberus, tiene ya la mitad del negocio financiero de GM y aspira a tomar Delphi, la fabricante de partes en bancarrota. Otro fondo, Wilbur Ross, ha acumulado una serie de autopartistas, pero señaló el lunes que Chrysler no figura en sus planes.

En cuanto a cifras, Morgan Stanley estima que Chrysler Group obtendría unos US$ 6.500 millones. Eso significa menos de un sexto de los US$ 36.000 millones que pagó Schrempp en 1998 y un décimo de las ventas anuales de CG. Aun sin esta división, Daimler-Benz tendría problemas de viabilidad, en un mercado donde compiten rivales como BMW o Audi, dos firmas medianas de lujo.

Daimler-Benz sería la más chica de las grandes empresas alemanas. No se sabe todavía qué hará Porsche con Volkswagen, pero BMW sobrevive a causa del MiniCooper, un enorme éxito que D-B no tiene.

En lo tocante a Nissan-Renault, la alianza continúa buscando algún socio norteamericano, pero no en Chrysler. Hasta la negativa del martes, la empresa conducida por Carlos Ghosn parecía la mejor ubicada si lo de GM no marchaba. “No estamos interesados en expandir la alianza hacia Chrysler. Sea participando, sea comprando”, manifestó en Londres el director financiero Thierry Moulonguet.

Pero no está claro si la atención se limita a DC o se centra en la separación entre Daimler-Benz y Chrysler. Automotrices de varios países, fondos de capital privado –lo menos que precisa el sector- y bancas de inversión se atropellan en pos de datos. El martes, los títulos de DaimlerChrysler subieron por sexta rueda seguida (3,8% en la oportunidad), mientras la compañía insistía en que “todas las opciones siguen abiertas”. No era tan así.

La perspectiva de que Dieter Zetsche deje sin efecto el casamiento de 1998 (producto de Schrempp) entusiasma fundamentalmente a accionistas e inversores alemanes. Este grupo posee la mayor participación en el paquete DC y, a criterio de varios expertos, ven una oportunidad de que se limpie la empresa matriz, o sea Daimler-Benz.

Hasta el momento, la clave parece residir en negociaciones con General Motors, que datan de hace dos meses y giran en torno de Chrysler Group Ahora, el “Detroit news” sostiene que los presidentes ejecutivos y directores financieros de ambas compañías están por llegar a un compromiso básico. JP Morgan Chase está preparando un prospecto para hacer circular entre interesados potenciales y banqueros. Otras entidades pujan por ser eventuales asesores.

Varios analistas barajan las posibilidades de Peugeot-Citroën, Volkswagen y otras firmas. En general, son las que han estado ausentes del mercado norteamericano –un tercio del mundial- en más de quince años. Si bien Chrysler ya no es una marca líder, puede ser la llave para ingresar a esa plaza. Chinos e indios también podrían interesarse.

En otra ala aparecen fondos expertos en compras apalancadas. Uno de ellos, Cerberus, tiene ya la mitad del negocio financiero de GM y aspira a tomar Delphi, la fabricante de partes en bancarrota. Otro fondo, Wilbur Ross, ha acumulado una serie de autopartistas, pero señaló el lunes que Chrysler no figura en sus planes.

En cuanto a cifras, Morgan Stanley estima que Chrysler Group obtendría unos US$ 6.500 millones. Eso significa menos de un sexto de los US$ 36.000 millones que pagó Schrempp en 1998 y un décimo de las ventas anuales de CG. Aun sin esta división, Daimler-Benz tendría problemas de viabilidad, en un mercado donde compiten rivales como BMW o Audi, dos firmas medianas de lujo.

Daimler-Benz sería la más chica de las grandes empresas alemanas. No se sabe todavía qué hará Porsche con Volkswagen, pero BMW sobrevive a causa del MiniCooper, un enorme éxito que D-B no tiene.

En lo tocante a Nissan-Renault, la alianza continúa buscando algún socio norteamericano, pero no en Chrysler. Hasta la negativa del martes, la empresa conducida por Carlos Ghosn parecía la mejor ubicada si lo de GM no marchaba. “No estamos interesados en expandir la alianza hacia Chrysler. Sea participando, sea comprando”, manifestó en Londres el director financiero Thierry Moulonguet.

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