jueves, 26 de diciembre de 2024

Culto macrobiótico en Italia

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Liderada por un famoso gurú, en realidad hambreaba y esclavizaba a sus miembros.

La secta fue denunciada por varias de sus víctimas que evidenciaban maltratos y abusos. Mario Pianesi es un nombre de autoridad reconocida entre los seguidores de la macrobiótica en Italia. Según las denuncias, la secta manipulaba a sus víctimas y las reducía a una situación de esclavitud mediante el estricto control de la dieta y la prohibición de mantener contacto con el mundo exterior.

Cinco personas están siendo investigadas luego de la investigación de la policía en Ancona y Forli. Se las acusa de manejar una organización delictiva que somete a las personas a maltratos, esclavitud, graves daños físicos y además importante evasión de impuestos.

Las investigaciones comenzaron a principios de 2013 luego de una denuncia hecha por una joven. Esa persona dijo a la policía que había creído en los beneficios milagrosos que prometía el jefe de la secta, un famoso empresario en el sector macrobiótico, quien aseguraba que su dieta podía curar enfermedades incurables. Al restringir la ingesta e impedirles tener todo contacto con el mundo exterior, la secta tenía control total sobre la vida de los iniciados y también les exigía donaciones de dinero. A los sospechosos se los acusa también de una serie de delitos financieros relacionados con evasión de impuestos.

La investigación policial descubrió que el estricto régimen de vida impuesto por la secta tenía como objetivo lograr el total esclavizamiento de sus víctimas.

Una respuesta típica: “El maestro ya ha pensado en todo por nosotros. Debemos hacer todo lo que él nos dice que hagamos para que podamos sanar tanto las enfermedades físicas como las espirituales y, de ese modo, limpiar nuestra alma”.

 

 

“Nunca vi un caso de esta naturalezaen toda mi carrera. Estas personas estaban sufriendo maltrato físico y mental“, le dijo a BBC Mundo el jefe de la policía de Ancona, Carlo Pinto.

 

Pero los seguidores del “Maestro” en vez de “limpiar su karma” terminaban perdiendo hasta 30 kilos, además de sufrir, de acuerdo al reporte policial, “maltratos cercanos a la esclavitud”.

 La creencia del culto se centra en una dieta macrobiótica, que consiste en consumir productos sustentables cultivados localmente, orgánicos, comúnmente en forma de arroz integraal, fruta, vegetales, semillas, productos de soja, fideos de trigo sarraceno, granos integrales y frutas secas. La dieta tiene sus raíces en Budismo Zen y los que la siguen creen que tiene beneficios milagrosos para la salud y la capacidad de curar enfermedades equilibrando el ying y el yang de la persona. No hay estudios que demuestren que la macrobiótica haya curado o impedido una enfermedad y por lo general la filosofía que sustenta la dieta no es tomada en serio por la sociedad científica mundial. 

La dieta impuesta por esta secta, conocida como MA.PI, (primeras sílabas de Mario Pianesi), implicaba ir avanzando a través de una serie de dietas cada vez más estrictas y escuchar las conferencias del gurú que duraban horas. Toda la vida de las víctimas estaba manejada por Pianesi, quien organizó una red de asistentes, jefes de distrito y jefes de los centros llamados “Puntos Macrobióticos”, ubicados en diversas partes de Italia. A los seguidores se los convenciá de abandonar sus empleos y su vida anterior para para poder trabajar para la asociación como una forma de agradecer por su “salvación”. En realidad los explotaban y los obligaban a trabajar largas horas por poco ningún dinero.

 

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