“Siempre nos apoyamos en la innovación y la tecnología, lo cual nos permitió aprovechar las herramientas que ya teníamos, como apps, CRM o teletrabajo, que se intensificaron”.
“Lo más complejo fue y es reemplazar ‘la experiencia’ respecto a visitar los productos –detalla Gabriel González Pardo, director de Tizado, al ser consultado sobre las estrategias puestas en práctica por la inmobiliaria, para hacer frente al contexto adverso signado por la crisis sanitaria–. Estamos cada vez más cerca con las visitas virtuales, en cuanto a la selección, pero nada reemplaza la visita presencial a tu próximo hogar”, reflexiona.
–2019 fue un mal año para el sector inmobiliario. A eso, se sumó la pandemia. ¿Qué expectativas tienen para 2021? ¿En qué momento –y bajo qué condiciones– considera que el mercado podrá recuperarse? –
La pandemia fue algo sin precedentes pero también es de esas crisis que aceleran los procesos de toma de decisión, de replanteos familiares y de inversión. Por eso no lo tomo como algo negativo, sino más bien como un golpe de timón que corrigió el rumbo en que íbamos en 2019, muy malo, como bien lo definiste al comienzo de la pregunta.
Respecto del mercado, se podrá recuperar en función de ajuste de precios (ya se fueron ajustando durante 2020), de productos que está demandando el mercado de vivienda, la activación de la construcción y la siempre esperada posibilidad de créditos.
–La experiencia que atraviesa el mundo, ¿cree que cambió y cambiará las preferencias y demandas de las personas a la hora de elegir un lugar donde vivir?
–Los cambios que se producen y que permanecen en el tiempo tienen que calar profundo en la cultura de la gente. Creo que cuando podamos sacarnos los tapabocas los tiraremos y seguiremos como antes. Sin embargo, aquellas cuestiones sobre las que reflexionamos estos meses, como si necesitamos tantos metros de oficina (con la real aplicación de la tecnología que existía pero que algunos descubrieron recién ahora), sobre cuánto valoramos el espacio abierto, sobre ciertas amenities, o sobre dónde vivir –sin esperar tanto para tomar la decisión–, entiendo que van a permanecer en cuanto a las elecciones actuales y futuras.
–¿Cuentan con estrategias de fidelización de clientes? ¿De qué manera las llevan a cabo?
–Sí, contamos con eso y mucho más. No es nuevo y hace tiempo que las implementamos. Tal vez hoy cada vez hay más trabajo respecto a la cantidad de datos y de información que manejamos, tanto en el mercado inmobiliario en general como de los clientes en lo particular. Y hay que saber usarla, y distinguir aquella de calidad, entre la cantidad abrumadora que existe.
–Si tuviera que definir el diferencial –o los diferenciales– de Tizado, ¿cuáles serían?
–Somos locales, profesionales con más de 40 años en el mercado y conocemos bien al cliente. Queremos que se sienta parte del proceso de compraventa, acompañando y resolviendo los problemas que esto conlleva. Siempre nos gustó que el cliente sienta que somos “lo que está más allá de cada operación” y que todo es parte de un proceso en el cual buscamos asesorar profesionalmente al cliente.
–¿Qué nuevas tecnologías se sumaron al negocio de venta de inmuebles, que mejoraron la experiencia de los compradores? ¿Cómo imagina que será el negocio en la próxima década, en este sentido?
–No sé si se sumaron tecnologías; diría que se aumentó el uso. Y la necesidad ayudó a potenciarla. Los recorridos virtuales, las aplicaciones de búsqueda, los contratos a distancia, las video-entrevistas, todas herramientas que existían pero que hoy son como el celular o el cajero automático: de “dominio público”.
Imagino que en un futuro cercano aumentarán, cada vez, las consultas virtuales y los contactos online, al igual que las transacciones en línea. Esto va a permitir, sobre todo, filtrar con mayor efectividad los productos a visitar. Mi reflexión final sería más desde lo humano y, sobre todo, para nosotros que trabajamos con las personas y con uno de sus sueños más importantes, como es el hogar. Creo que debemos aprovechar esta pandemia que nos hizo reflexionar sobre cómo vivimos y analizar nuestros hogares, nuestro trabajo y nuestra familia, que es el germen de las sociedades, y el rumbo al que iremos, tal vez teniendo las prioridades más claras. C.M.