viernes, 22 de noviembre de 2024

Con tal de no ir a bolsa, los Cìvita venden 30% de Abril

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En general, las empresas familiares no gustan abrirse a inversores independientes ni al público. Precisado de liquidez, Roberto Cìvita le cede 30% a Naspers, conglomerado sudafricano de medios.

Por supuesto, una cosa en un holding familiar europeo (en Fiat, los Agnelli tiene no más de 32%) y otra uno latinoamericano. En el caso de Abril, la familia retiene 70%. Entretanto, la marca exhibe una historia tan curiosa como olvidada. Nació en Argentina a partir de la extinta editorial de Jacobo Muchnik (con licencias sobre personajes de Walt Disney y DC Comics, entre ellos Superhombre y el Hombre murciélago, traducciones correctas de Superman y Batman). Años después, la firma terminó mudándose a Brasil ante el hostigamiento a sus dueños por parte de grupos antisemitas enquistados en el gobierno de 1973/76 y la posterior dictadura militar.

El sello tiene “Veja”, el cuarto semanario del mundo en circulación (un millón de ejemplares), sólo superado por “Time, Newsweek” y el decadente “US news & world report”. Abril también controla las ediciones en portugués de “Playboy”, “National Geographic” y, claro, el grupo Disney. Son activos tan deseables como el 70% que los Cìvita poseen en el canal MTV brasileño, segundo cable en número de abonados.

La transacción involucra US$ 422 millones. Naspers es un conglomerado similar a Abril, pero no de base familiar sino más moderno y líquido. Amén de publicaciones y TV, tiene intereses en Internet. Aunque casi 75% de las ventas se realiza en Sudáfrica misma, la estrategia de la compañía es ingresar en otros mercados vía participaciones minoritarias pero considerables. Así ha entrado en China, India, Rusia y, obviamente, buena parte de África. A criterio de analistas británicos, es probable que el grupo apunte a Sudamérica, Asia sudoriental (Malasia o Singapur) y Australia.

La inyección de efectivo le permite a Abril eludir los vaivenes de la bolsa – la paulista es una de las mayores del mundo y hegemónica en Latinoamérica, por ende poco manejable-, espectro del capitalismo familiar. La actitud de los Cìvita ha sido criticada en el ambiente bursátil brasielsño e internacional. “Tener Abril en el panel habría sido un avance para los mercados locales de capital. Es una pena que no haya cristalizado”, señalaban analistas de Lazard Frères, Nomura Securities y otras firmas de valores.

Por supuesto, existe notable disparidad de tamaño. En 2005, las ventas de Naspers sumaban US$ 2.200 millones, contra 1.000 millones (más 700 millones en deudas) de Abril. Los sudafricanos vienen mostrando superávit desde hace años.

Por supuesto, una cosa en un holding familiar europeo (en Fiat, los Agnelli tiene no más de 32%) y otra uno latinoamericano. En el caso de Abril, la familia retiene 70%. Entretanto, la marca exhibe una historia tan curiosa como olvidada. Nació en Argentina a partir de la extinta editorial de Jacobo Muchnik (con licencias sobre personajes de Walt Disney y DC Comics, entre ellos Superhombre y el Hombre murciélago, traducciones correctas de Superman y Batman). Años después, la firma terminó mudándose a Brasil ante el hostigamiento a sus dueños por parte de grupos antisemitas enquistados en el gobierno de 1973/76 y la posterior dictadura militar.

El sello tiene “Veja”, el cuarto semanario del mundo en circulación (un millón de ejemplares), sólo superado por “Time, Newsweek” y el decadente “US news & world report”. Abril también controla las ediciones en portugués de “Playboy”, “National Geographic” y, claro, el grupo Disney. Son activos tan deseables como el 70% que los Cìvita poseen en el canal MTV brasileño, segundo cable en número de abonados.

La transacción involucra US$ 422 millones. Naspers es un conglomerado similar a Abril, pero no de base familiar sino más moderno y líquido. Amén de publicaciones y TV, tiene intereses en Internet. Aunque casi 75% de las ventas se realiza en Sudáfrica misma, la estrategia de la compañía es ingresar en otros mercados vía participaciones minoritarias pero considerables. Así ha entrado en China, India, Rusia y, obviamente, buena parte de África. A criterio de analistas británicos, es probable que el grupo apunte a Sudamérica, Asia sudoriental (Malasia o Singapur) y Australia.

La inyección de efectivo le permite a Abril eludir los vaivenes de la bolsa – la paulista es una de las mayores del mundo y hegemónica en Latinoamérica, por ende poco manejable-, espectro del capitalismo familiar. La actitud de los Cìvita ha sido criticada en el ambiente bursátil brasielsño e internacional. “Tener Abril en el panel habría sido un avance para los mercados locales de capital. Es una pena que no haya cristalizado”, señalaban analistas de Lazard Frères, Nomura Securities y otras firmas de valores.

Por supuesto, existe notable disparidad de tamaño. En 2005, las ventas de Naspers sumaban US$ 2.200 millones, contra 1.000 millones (más 700 millones en deudas) de Abril. Los sudafricanos vienen mostrando superávit desde hace años.

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