Con nuevos dueños Fórmula Uno será un negocio diferente

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Liberty Media la compró el año pasado en US$ 8.000 millones.

Lo primero que hicieron fue reemplazar a Bernie Ecclestone (86 años) por Chase Carey, un veterano de los medios, en el cargo de CEO.

El nuevo régimen promete ocuparse de aumentar el interés televisivo en la carrera, de hacerla más competitiva y de limitar los gastos de los equipos dominantes para hacer que los resultados sean menos previsibles.

 

Hace dos años se hablaba de firmar acuerdos multimillonarios con auspiciantes nuevos, de atraer a los millennials con acuerdos de streaming digital y lanzar Fórmula 1 en Estados Unidos y otros lugares.

 

Pero a casi dos años de compra, ninguno de los planes vio la luz todavía. Carey explica que el año pasado lograron por fin organizar la compañía para comenzar a implementar los proyectos y que la falta de grandes anuncios no significa que hayan estado inactivos.

 

Están, por ejemplo, en negociaciones para crear un nuevo acuerdo Concorde, que es la fórmula para determinar cómo se reparten los ingresos de la carrera entre los equipos.

 

F1 distribuye los ingresos sobre la base de una serie de factores, entre los que se encuentran el desempeño en la carrera y los antecedentes. Según cifras obtenidas en la revista Autosport, a Ferrari le pagaron US$ 180 millones en 2017 pero el equipo Haas recibió solamente US$ 19 millones.

 

El acuerdo actual expira en 2020. Actualmente están negociaciones buscando que los equipos más ricos que han dominado frente a sus rivales en los últimos años – Mercedes, red Bull y Ferrari – se equiparen un poco más con los equipos menos prestigiosos.

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